
Elvira Mesa Flores y José Valdés Torres conforman un matrimonio de casi 40 años. Cada uno tiene sus propios hijos, pero ninguno vive con ellos. Ella acumula 79 almanaques, mientras él ya suma 85, por lo que ambos pertenecen a esa parte de nuestra población que no puede exponerse al riesgo de contraer la COVID-19.

Desde 2017 Elvira y José reciben los beneficios del Sistema de Atención a la Familia (SAF). Todos los días, la mujer iba con los recipientes a recoger el almuerzo y la comida de los dos.
«Pero ya no tengo que ir. Un joven los trae a media mañana y después yo lo caliento », dice.
De tal manera, los dos ancianos tienen asegurada su alimentación, sin necesidad de salir de la casa, como lo estipulan las medidas impuestas ante el nuevo coronavirus.
Como ellos, otras 257 personas se benefician con el servicio del comedor del SAF ubicado en la calle Amparo, detrás de la terminal intermunicipal. Su administradora, Belkis Ortega Alemáñez, nos aseguró que todavía pueden aumentar el número de favorecidos hasta llegar a 475.
«Ahora contamos con 16 mensajeros y recibimos el apoyo de los trabajadores de la cocina centralizada », explicó.
Santa Clara es el municipio villaclareño con mayor cantidad de acogidos al SAF. Unas 1804 personas, residentes en los distintos consejos populares, reciben diariamente este servicio. Son pensionados, asistenciados por alguna discapacidad, jubilados, embarazadas y ancianos que viven solos. La cifra puede superarse, pues existen 536 plazas vacantes.

Así, según lo disponga la Dirección Municipal de Trabajo y Seguridad Social, podrán ser más los que, como Elvira y José, hoy enfrentan la COVID-19 con la alimentación asegurada.