
La producción de alimento animal, obtenido como subproducto de la caña de azúcar, se consolidará en el actual mes a pesar de las medidas higiénico-sanitarias establecidas para prevenir la transmisión de la COVID-19 en el trabajo en las industrias.
En abril, auguran, será definitorio el incremento de los volúmenes de acuerdo con el ánimo del sector de cumplir el programa de crudo asignado en los siete ingenios villaclareños en activo, y por consiguiente, se acelerará la fabricación de derivados que suplen importaciones.
Por semana, unas 731 toneladas métricas de miel-urea-bagacillo se entregarán a las instalaciones ganaderas de la provincia. Ese alimento que recibe la masa animal en períodos secos, cuando no abundan los pastos naturales, tiene un alto valor nutritivo, afirmó Leonardo García, especialista en la Empresa Azucarera.
Desde que arrancó la zafra en diciembre pasado y hasta el cierre de la primera semana de abril completaron unas 5479 toneladas del alimento. La cifra marca el 49 % de fabricación, con lo cual se evitó que en la etapa seca del año, como ocurrió en marzo uno de los meses de menos lluvias en las últimas décadas, el ganado bovino no sufriera estragos que llevaran a la alarmante depauperación fisiológica, con la consiguiente pérdida de peso por animal y mermas significativas en acopios de carne y leche, aseguran manuales técnicos.
El complemento nutricional, cuando incluye urea, tiene un 40 % de miel, así como un 60 del segundo componente fibroso obtenido en los molinos de los ingenios durante la extracción de los jugos de caña, y también lleva adiciones de agua, según normas.
Ante la posible carencia de urea componente químico para promover síntesis de proteínas en los rumiantes, está previsto el cambio por la mezcla de miel-bagacillo, declaró García.
Las mieles, más empleadas en la alimentación de bovinos, no tendrán tampoco peligros de incumplimientos, dada la disposición de los agroazucareros villaclareños de satisfacer los planes de elaboración de crudo y otros derivados destinados a la exportación y las necesidades internas del país, aseguró.
También contribuyen, según las medidas nacionales para el enfrentamiento a la COVID-19, a suplir importaciones de componentes necesarios para la fabricación de piensos sólidos.
En ese sentido, cuentan con producciones de miel B y Saccharomyces fondaje de levadura después de fermentar melazas en destilerías, alimentos seguros para la ganadería villaclareña.
Durante las últimas semanas, apuntó García, los ingenios Panchito Gómez Toro (Quemado de Gí¼ines), Ifraín Alfonso (Ranchuelo) y Abel Santamaría (Encrucijada), se destacan en los volúmenes de producción, y las plantas apenas tienen roturas mecánicas.
No obstante, añadió, los ritmos de extracción no marchan por igual en las entidades estatales con asignaciones. Todo obedece a la lejanía de los centros abastecedores y de los consumidores, en momentos de insuficiencia de combustibles para el trasiego de las producciones.