Cuatro hermanos en Girón

En el aniversario 50 de la victoria de Playa Girón, Vanguardia publicó este trabajo que narra la historia de cuatro hermanos villaclareños que estuvieron en esos inolvidables dí­as de gloria.

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Ovidio* (ya fallecido) y Antonio Evidio, dos de los cuatros hermanos que combatieron en Girón. (Fotos y fotocopias: Ramón Barreras Valdés)
Ovidio* (ya fallecido) y Antonio Evidio, dos de los cuatros hermanos que combatieron en Girón. (Fotos y fotocopias: Ramón Barreras Valdés)
Narciso Fernández Ramí­rez
Narciso Fernández Ramí­rez
@narfernandez
2032
16 Abril 2020

La victoria en las arenas de Playa Girón nunca se hubiera conseguido sin el apoyo del pueblo a su naciente Revolución.  No habí­an transcurrido 72 horas de la invasión, y ya la Brigada 2506 mordí­a el polvo de la derrota. Un momento clave en la historia de este continente, a partir del cual todos los pueblos de América Latina fueron un poco más libres.

A medio siglo del hecho, Vanguardia trae a sus páginas los recuerdos de hermanos que allí­ lucharon.    Cuatro varones de una familia humilde de diez hijos, quienes, sin saberlo entre sí­, acudieron por distintas ví­as a Playa Girón para defender con las armas en la mano las conquistas alcanzadas a partir del Primero de Enero de 1959.

Los Dí­az Rodrí­guez en Girón

En la sala de la casa de Ovidio* (ya fallecido) –sita en Carretera Central 357, entre Sí­ndico y Pastora– conversamos durante más de dos horas, mientras el fotoreportero Ramón Barreras aprovechaba los mejores momentos para tomar fotos.

Antonio Evidio habí­a traí­do consigo varios recuerdos de aquellos dí­as y las memorias escritas hace casi 30 años, cuando aún viví­an los cuatro hermanos y los hechos se mantení­an frescos en  sus mentes: «Se la voy a prestar –me dijo con cierto reparo–, pero cuí­dela, que es la única copia que tenemos. La hicimos para el Concurso Primero de Enero del año 1981. »

Ovidio tuvo una participación activa en la lucha contra la tiraní­a de Batista. Formaba parte de la dirección provincial del Partido Socialista Popular (PSP) en Las Villas, y fue el representante de dicha organización en el Escambray, enviado por Arnaldo Milián para entrevistarse con el Che a la llegada de la Columna Invasora Ciro Redondo a este territorio.

Al triunfo de la Revolución asumió importantes responsabilidades, en particular entre el movimiento campesino. Unos meses antes de Girón, por encargo expreso de Fidel, habí­a recorrido cada palmo de la Ciénaga de Zapata para la creación de las cooperativas madereras y carboneras.

 Antonio Evidio compartió con Vanguardia pasajes de las memorias de su hermano Rafael, ya fallecido.
Antonio Evidio compartió con Vanguardia pasajes de las memorias de su hermano Rafael, ya fallecido.(Foto: Ramón Barreras Valdés)

Antonio Evidio viví­a entonces en La Habana. A un llamado a los jóvenes de la capital no dudó en incorporarse a un Curso de Artillerí­a en La Cabaña, convocado con urgencia para aprender a utilizar las armas que llegaban del campo socialista: «Me gradué de morterista de 120 mm e hice la caminata de 62 kilómetros. Formaba parte de la Baterí­a 11 y mi primer combate lo tuve en la zona de Corralillo, contra la banda de alzados del bandido Campito. Recuerdo que Fidel estuvo por allá con un grupo de asesores checos para ver cómo funcionaban los morteros. »

De los dos hermanos fallecidos: Osvaldo era policí­a, y vino a Girón con el batallón de dicho cuerpo armado; en tanto Rafael, el menor de los cuatro, era teniente de milicias en el Escambray, y al producirse la invasión pasaba en Matanzas el Curso de Oficiales de Milicias.

A Girón por ví­as diferentes

Ovidio: «En la madrugada del 17, el compañero Arnaldo Milián me ordenó salir urgente hacia Aguada de Pasajeros, y allí­ crear las condiciones de aseguramiento a las tropas que saldrí­an horas después desde Santa Clara. Tení­a que recopilar el transporte del pueblo y ubicarlo en un lugar seguro, controlar las bombas de gasolina y los almacenes de alimentos, o sea, ocuparme de toda la logí­stica.

Ovidio
Ovidio Dí­az rodrí­gue, (Foto: Ramón Barreras Valdés)

«Llegué a Aguada con los primeros claros del dí­a. Ya los pobladores sabí­an del desembarco y estaban en la calle, pero existí­a mucha confusión. Cumplo las órdenes, y ese propio 17 hago contacto con el comandante Tomassevich en Rodas y llamo también al central Covadonga para interesarme por lo que pasaba. Nunca se me olvidará la respuesta del miliciano ante mi preocupación de que los mercenarios llegaran hasta allí­: “ ¡Ni llegarán!, porque dice Fidel que con palos, hasta con los dientes, hay que defender el Central.”

«Por la noche del 17 vuelvo a Santa Clara e informo a Milián del cumplimiento de la misión. Regreso enseguida, y considerando cumplida la encomienda, el 18, bien temprano, parto por la libre hacia Girón.

«En la carretera que va a San Blas tropiezo con las tropas del Comandante Duque, que combaten duro contra el enemigo. Supe entonces que Antonio Evidio, mi hermano artillero, también estaba por allí­. En el fragor de la lucha hieren al capitán Dreke, y en el propio carro que yo habí­a traí­do lo mandan hacia Santa Clara.

«Mi ametralladora se encasquilla y cojo la de un herido. Avanzamos por el llano hacia Girón. Sigo entonces hacia Cayo Ramona y allí­ me entero de que otro hermano mí­o también luchaba en Girón; se trataba de Rafael.

«El 19, dí­a de la victoria, entré a Girón por la tarde. Tuve la suerte de estar cerca de Fidel cuando ordenó mojar las esteras de los tanques en las aguas del mar. Desde ese mismo lugar el Comandante en Jefe redactó el parte final de la batalla.

«Fidel pide un hombre para una misión, y al verme le dice al capitán Massip: “Él conoce bien la Ciénaga”, y dirigiéndose a mí­: “Reagrupa a los cenagueros y sal a capturar a los mercenarios dispersos.”

  «Poco después, otros compañeros dieron cumplimiento a la misión de Fidel, y   regresé a Santa Clara. »

Antonio Evidio: «Yo estaba por la zona de Cienfuegos con mi baterí­a de morteros. El 17 temprano nos comunican lo del desembarco y partimos hacia Girón. Cerca del central Covadonga hicimos nuestro primer emplazamiento y tuvimos el bautismo de fuego. Allí­ fuimos atacados por la aviación, que nos ocasionó varios heridos y la muerte del miliciano Primitivo Filgueiras, perteneciente al Batallón 117.

 Antonio Evidio
Recuerdo de Antonio Evidio en los dí­as de la invasión. (Fotocopias: Ramón Barreras Valdés)

«Los del dí­a 17 fueron combates muy intensos, con ataques continuos de los aviones enemigos, que nos bombardeaban incesantemente. El 18, nos emplazamos en el llamado Canal de Muñoz y de allí­ seguimos hasta agotar casi todo el parque, por lo que regresamos al central Covadonga y ya no volvimos más a la zona de combate.

«Regresé a La Habana, donde entonces viví­a, y estuve un mes en alerta en el sótano del hotel Habana Libre. »

Rafael: Del documento mecanografiado son estas memorias del ya fallecido   hermano: «Al amanecer del 17 partí­ hacia Girón como parte de la Escuela de Oficiales de Milicias. Nos agruparon en seis compañí­as de Infanterí­a, apoyadas por un pelotón de ametralladoras 7,92 y uno de morteros ligeros.

«En Pálpite nos sorprendió la aviación enemiga “camuflageada” con las insignias de la fuerza aérea de Cuba. Fue nuestro bautismo de fuego.

«Perdimos en los combates a 21 compañeros. El 18, nos relevó otro batallón. Durante las intensas horas de lucha no ingerimos alimento alguno y tomamos muy poca agua, pero cumplimos la misión asignada. »

Osvaldo: Del propio documento resultan  su  testimonio: «El 17 temprano llegó a nuestro campamento el comandante Ameijeiras y nos preguntó: “ ¿Ustedes quieren fiesta?, bien, prepárense que van a tener que bailar, lo único que la música la pone el enemigo y es ritmo de fusil.” Lo despedimos con un aplauso.

«El 18 salimos hacia el combate en horas del mediodí­a. íbamos muy contentos cantando himnos y canciones. Los combates fueron violentos. Perdimos a 18 policí­as en Girón. De los hechos de heroí­smo recuerdo al joven Wilfredo Gonce Cabrera, de 19 años, quien al ser herido y trasladado al hospital nos dijo: “Sepan que morí­, pero por lo menos di muerte a un enemigo, ¡recuérdenlo!”

«El 19, poco después de las 5 de la tarde, comenzó la penetración hacia la playa. A mí­ me tocó quedarme a unos 300 o 400 metros de la orilla. Estuvimos 8 dí­as de guardia permanente y el 27 regresamos a La Habana en el transporte que le habí­amos quitado al enemigo. »

A manera de epí­logo

Cuatro de los siete hermanos varones de la familia Dí­az Rodrí­guez combatieron en   Girón, y los tres restantes estuvieron también vinculados al histórico hecho.

Telegrama expedido el 21 de abril de 1961 desde Covadonga:  «ESTOY BIEN VENCIMOS » EVIDIO
Telegrama expedido el 21 de abril de 1961 desde Covadonga: «ESTOY BIEN VENCIMOS » EVIDIO. (Fotocopias: Ramón Barreras Valdés)

Orlando, el mayor, lo hizo de bien cerca, pues administraba una Granja del Pueblo en Abreu, y colaboró con las fuerzas revolucionarias. Con él, en su propia casa, se encontraba Carlos, el penúltimo de los hermanos.

Y para completar, Manuel, el   más pequeño, alfabetizaba por la zona de Yaguaramas.

No puede faltar en esta historia de amor a la Patria un hecho sencillo. De esos cotidianos que hacen grande la vida. Un telegrama que Antonio Evidio envió a la novia de entonces una vez concluida la batalla.

Expedido el 21 de abril de 1961 desde Covadonga, el hoy histórico documento dice así­: «ESTOY BIEN VENCIMOS » EVIDIO

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