

El primero de los siete ingenios villaclareños en producción, el “Heriberto Duquesneâ€, completó su plan técnico-económico previsto para la actual zafra, signada por el establecimiento de medidas higiénico-sanitarias para frenar la propagación de la COVID-19 en el país.
La industria, radicada en Remedios, marcó en la mañana las 16 200 toneladas métricas de crudo, volumen que aumentará al continuar las acciones fabriles y afianzar el paso de la provincia, ahora a un 80 % de ejecución, para cerrar a principios de mayo el compromiso de elaboración.
Otra de las fábricas a punto de satisfacer su meta es el central Héctor Rodríguez, en Sagua la Grande, entidad que aspira a rebasar las 30 000 toneladas, con índices de calidad de crudo y de eficiencia agroindustrial no vista aquí desde hace un lustro.
En Santo Domingo, el “Carlos Baliñoâ€, única industria cubana que procesa azúcar orgánica de acuerdo con los parámetros de comercialización que exige el mercado internacional, tiene previsto completar el programa de producción de crudo convencional antes que concluya abril, dijo Geovanis Inerariti Quesada, director de la entidad.
Los ingenios Ifraín Alfonso (Ranchuelo), Abel Santamaría (Encrucijada), Panchito Gómez Toro (Quemado de Gí¼ines) y Quintín Bandera (Corralillo), las restantes plantas en funcionamiento, también batallan, desde sus respectivas posiciones, para acariciar sus compromisos de producción y contribuir a que la provincia supere las 177 000 toneladas métricas de un renglón económico incluido en los registros de exportación y autoabastecimiento del país.


También los derivados (alimento animal, alcohol y refino, entre otros), así como la generación eléctrica, marchan con magnífico ritmo, lo cual indica que, a pesar de las medidas trazadas para prever y atenuar desde las diferentes posiciones laborales los estragos de la COVID-19, los azucareros tienen un acertado paso productivo y de vitalidad económica.