La misión más importante

Con 34 años de experiencia como enfermera Rosa Marí­a López Ruiz considera que atender a los pacientes con posibilidades de contraer la COVID-19 es la misión más importante de su vida.

Compartir

Rosa María López Ruiz, enfermera
Rosa María López Ruiz en estos momentos se encuentra laborando en el centro de aislamiento habilitado en el hotel La Riviera.(Foto: Carlos Rodríguez Torres)
Osmaira González Consuegra
Osmaira González Consuegra
@oglezc
1217
21 Abril 2020

Rosa Marí­a López Ruiz es tí­mida. Le teme a la cámara fotográfica y casi no le agrada hablar con periodistas. «Me pongo muy nerviosa », dice.

Ella acumula 34 años de experiencia como enfermera. Luego de graduarse en 1986 trabajó por seis años en el hospital pediátrico José  Luis Miranda de Santa Clara. Después se vinculó al área de salud del policlí­nico Marta Abreu. Especí­ficamente en el consultorio médico  20-2 de Antón Dí­az. Todaví­a permanece insertada en esta plantilla.

Rosa Marí­a, enefermera
(Foto: Carlos Rodrí­guez Torres)

Durante los últimos 13 meses Rosa Marí­a se encontraba cumpliendo misión internacionalista en el estado venezolano de Sucre. Llegó a Cuba el 11 de febrero para disfrutar de sus merecidas vacaciones. Pero aquí­ la sorprendió la detección de los primeros casos de la COVID-19.

No pudo reincorporarse a la misión y en su lugar se sumó a junto a sus colegas al enfrentamiento de la situación epidemiológica. En estos momentos se encuentra laborando en el centro de aislamiento habilitado en el hotel La Riviera.  

«Aquí­ permanezco durante 24 horas, después voy para la casa por tres dí­as. Mi familia me pide que me cuide. Yo cumplo con todos los requerimientos de higiene y protección. Me agrada mucho mi trabajo y esta es mi mejor misión, la más importante en todos mis años de trabajo. Se trata de ayudar a mi pueblo. A él me debo y me satisface mucho cumplir con esta tarea porque si somos capaces de salvar vidas en otros paí­ses, con más razón lo hacemos en nuestra tierra ».

Ahora, en este centro se atiende al personal médico que mantuvo contacto con los casos positivos del evento ocurrido en el Hogar de Ancianos # 3 de Santa Clara. Cuestión que para Rosa Marí­a constituye un mayor regocijo, pues se trata de atender a sus propios colegas.

Por eso transita sin temor por los tres kilómetros que separan su casa, en La Pulga, del punto de recogida en Antón Dí­az donde debe coger la guagua que la traslada hasta el centro de aislamiento.

Hoy solo desea que esta situación mejore, que termine de una vez para que no se propague más la enfermedad. No sabe si retornará a Venezuela, de cualquier manera afirma que ya ha cumplido con la misión más importante de su vida.

Comentar