
Los ingenios villaclareños paralizaron sus operaciones en la semana y la zafra concluyó con un incumplimiento en la producción de crudo, luego de cinco meses signados por el anhelo de satisfacer los compromisos de fabricación y rigurosas medidas higiénico-sanitarias ante la COVID-19 y las adversidades objetivas que limitaron recursos materiales durante el período.
Faltaron unas 12 500 toneladas, más que las dejadas de elaborar en la temporada anterior, para completar las 177 000 previstas en el calendario industrial. No obstante, la provincia continúa como la mayor aportadora de azúcar del país.
Otras causas subjetivas, por supuesto, incidieron, pero la carencia en tiempo de piezas de repuesto, de combustibles, las condiciones anormales de enfrentamiento a la pandemia y las lluvias impusieron un freno a los azucareros.
Los derivados trazan momentos satisfactorios, entre los que destacan los resultados de las refinerías Chiquitico Fabregat (Remedios), George Washington (Santo Domingo) y Quintín Bandera (Corralillo), todavía en actividad laboral, así como en la obtención de alcohol, alimento animal y labores agropecuarias.
Reconocimientos especiales, a pesar de la desazón de la provincia, merecen los sistemas de zafra en Heriberto Duquesne (Remedios), Héctor Rodríguez (Sagua la Grande), Carlos Baliño (Santo Domingo), Panchito Gómez Toro (Quemado de Gí¼ines), Ifraín Alfonso (Ranchuelo) y Quintín Bandera (Corralillo), al lograr sus metas individuales, mientras José María Pérez (Camajuaní), primero en liquidar operaciones, y Abel Santamaría (Encrucijada), no alcanzaron los propósitos productivos.
Destaca también en todas esas fábricas la entrega de unos 9437,2 megawatts-hora (MWh) al Sistema Electroenergético Nacional (SEN), cifra que representó el no empleo de unas 2831 toneladas de petróleo equivalente en la obtención de electricidad, dijo Julián Narciso Francia Redondo, especialista de la Empresa Azucarera.
En ese logro, inferior a lo planificado, incidieron los ingenios Panchito Gómez Toro, Heriberto Duquesne y Carlos Baliño, únicos cumplidores del aporte eléctrico, añadió.
Refirió, además, que las refinerías Chiquitico Fabregat y Quintín Bandera (en período de terminado de crudo), únicas de su tipo en el país que funcionan con biomasa (bagazo y paja de caña), entregaron durante el período unas 44 512 toneladas de azúcar, lo cual representó el no empleo de 8200 t de petróleo.
En adelante, a los azucareros les quedan otros retos con las operaciones de las refinerías, las reparaciones de los ingenios, así como de equipos del corte y tiro de la gramínea, y labores agropecuarias y de siembra de caña, actividad con un 50 % de atrasos en la plantación programada.