
Luego de 21 días consecutivos sin reportes de COVID-19, aparece de nuevo en Villa Clara al confirmarse un caso en el día de ayer.
Se trata de una paciente de 29 años, residente en Santa Clara, que arribó a Cuba el pasado 4 de junio por el aeropuerto internacional José Martí, procedente de la ciudad estadounidense de Miami, y fue trasladada de inmediato al centro de aislamiento del territorio.
A los dos días comenzó a experimentar sintomatología y las pruebas resultaron positivas.
En estos momentos se encuentra hospitalizada y evoluciona sin contratiempos, a la vez que se mantienen en vigilancia los 32 contactos cercanos, entre los cuales están los pasajeros que compartieron el vuelo y los que se suman en el traslado a la provincia, que también están siendo chequeados.
Por los protocolos establecidos, los viajeros que arriben desde cualquier parte del mundo son trasladados a los centros de aislamiento por espacio de 14 días. Si la evolución resulta satisfactoria y se manifiesta en los estudios pertinentes, prosigue su vigilancia en el hogar por otros 14 días, asistidos por el médico y la enfermera de la familia.
Como se ha informado, y aunque Cuba tiene muy limitada la entrada de vuelos internacionales, existe una programación paulatina para el arribo de cubanos residentes en el país que se encuentran varados en otras naciones o retornan luego de alguna misión.
Además, de acuerdo con el comportamiento actual de la COVID-19, se hace necesaria la vigilancia sin descuido en el control de las fronteras villaclareñas con otras provincias cubanas.
El territorio conformó 18 puntos que mantendrán sus acciones las 24 horas, fundamentalmente reforzadas en aquellos vinculados a La Habana y Matanzas, dadas las características epidemiológicas de estas demarcaciones.
Ya fueron cerrados los eventos de transmisión correspondientes al Hogar de Ancianos no. 3 y al Poligráfico Enrique Núñez Rodríguez, ambos de Santa Clara, así como el ocurrido en el poblado ranchuelero de Castaño.
Se mantienen los ingresos de casos sospechosos, los cuales, en dependencia de los resultados de los exámenes, parten de nuevo a sus hogares.
No se descuida el seguimiento, tanto en las comunidades como en las áreas hospitalarias, de aquellas personas con indicios de afecciones respiratorias para su correspondiente evaluación.