
La utilización de la zeolita como lecho filtrante en la Planta Potabilizadora Ochoíta, en Santa Clara, prevista para antes de que concluya el año, constituye un paso gigante para la mejora de la calidad del agua potable consumida en la ciudad.

La «Ochoíta », una planta del sistema francés, es la primera de su tipo en Villa Clara y el país donde se usará la zeolita al ciento por ciento para eliminar las impurezas del líquido. Ya se ha aplicado la experiencia en otras plantas, como la Cubano-Búlgara, en Camagí¼ey, o Paso Bonito, pero son del llamado sistema americano.
Según el ingeniero Orel Pérez García, especialista en Gestión Comercial de la empresa Geominera del Centro, de Villa Clara, el proyecto tiene la ventaja de que la filtración se hará con el llamado «mineral del siglo » en su totalidad, un producto nacional y extraído en territorio villaclareño.
«Constituye una sustitución de importación al 100 %. Y, más que todo, representa la posibilidad de ofrecerle agua con calidad a la población, con un nivel de filtración correcto. Trabajamos en la recuperación de una planta que desde el punto de vista constructivo lo tenía todo por su buen diseño y construcción, y con una alta capacidad de funcionamiento », explicó Pérez García.
Argumentó el especialista que la «Ochoíta » ya no contaba con lecho filtrante compuesto por arena sílice importada, la cual se había deteriorado con los años. Una tonelada de ese mineral se cotiza en el mercado internacional por encima de los 1000 dólares, sin contar los costos de transportación, las presiones a causa del bloqueo y la disposición de moneda dura.
La planta potabilizadora santaclareña presenta ocho cámaras que precisan de unas 400 toneladas para la filtración del agua. O sea, costaría casi medio millón de dólares de seguir importándose arena sílice.

«La zeolita la tenemos aquí, en San Juan de los Yeras. El proyecto va a servir para demostrar las ventajas de la utilización de este recurso y sirve como pilotaje para extender la experiencia a las 54 plantas potabilizadoras restantes del país que están falta de lecho filtrante. Villa Clara puede sentar un hito en este tipo de tecnología y darle solución a una problemática que impacta grandemente en la población », expresó el ingeniero.
El agua consumida en Santa Clara proveniente de Ochoíta pasa en la actualidad por un tratamiento con cloro, pero no es filtrada por la situación descrita anteriormente. De ahí su color turbio, lo que empeora en época de fuertes lluvias.