Irrepetible y siempre fascinante

Santa Clara arriba este 15 de julio a su aniversario 331 de fundada. Nació gloriosa, santa y clara.

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El parque Vidal en una noche de 2019 y antes de agosto de 1923 cuando se inició la demolición de la Parroquial Mayor. (Fotos: Carlos Rodríguez y Centro Provincial de Patrimonio)
El parque Vidal en una noche de 2019 y antes de agosto de 1923 cuando se inició la demolición de la Parroquial Mayor. (Fotos: Carlos Rodríguez y Centro Provincial de Patrimonio)
Narciso Fernández Ramí­rez
Narciso Fernández Ramí­rez
@narfernandez
3088
15 Julio 2020

Dicen que fueron 35 legiones de demonios quienes obligaron a un grupo de 18 familias a abandonar la villa de San Juan de los Remedios para fundar otra en el centro de la Isla. Otros, sin embargo, afirman que se debió al constante ataque de los corsarios y piratas que por entonces abundaban en el Caribe.

Son dos versiones idí­licas para darle el toque de misterio a la fundación de la nueva villa, que con el tiempo se convertió en capital de la región Villaclara y nudo vital de comunicaciones dada su ubicación geográfica.

Mas la realidad es otra: la causa fue de í­ndole económica, en busca de tierras fértiles para la ganaderí­a y la agricultura. Y así­, aquel glorioso dí­a 15 de julio de 1689, se ofició la primera misa al pie de un tamarindo, como afirma la tradición.

La escultura de la Benefactora en la Universidad Central  «Marta Abreu » de Las Villas. (Foto: Tomada del sitio de la Universidad)
La escultura de la Benefactora en la Universidad Central «Marta Abreu » de Las Villas. (Foto: Tomada del sitio de la Universidad)

Comenzaba la larga historia citadina que llega ahora al aniversario 331, con una villa convertida en ciudad el 12 de mayo de 1867, por orden de su majestad, la reina Isabel II, y que atesora hechos que la hacen única, irrepetible y siempre apasionante.

Los nacidos en esta ciudad son pilongos por excelencia, aunque no hayan sido bautizados en la pila bautismal de la Parroquial Mayor. Se sienten orgullosos de su Benefactora, Marta Abreu de Estévez, y del guerrillero argentino  Ernesto Guevara de la Serna, quien les dio la definitiva libertad en diciembre de 1958, y con esa enorme satisfacción  se proclaman  hijos de «la Ciudad de Marta y del Che ».

Plaza de Recreo, 1881. En la actualidad, Parque Vidal. (Foto: Cortesí­a del Centro de Patrimonio Cultural)
Plaza de Recreo, 1881. En la actualidad, Parque Vidal. (Foto: Cortesí­a del Centro de Patrimonio Cultural)

El Parque Vidal, antigua Plaza Mayor, es el corazón de la vida de los santaclareños. Es uno de los más bellos de Cuba y el único que ha sido atacado tres veces durante nuestras guerras libertarias: en 1876, por tropas del general mambí­ Federico Fernández Cavada; en 1896, por el generalí­simo Máximo Gómez, asalto que costó la vida al valiente coronel Leoncio Vidal Caro, y en diciembre de 1958, por las tropas lideradas por el comandante Ernesto Che Guevara.

La villa rechazó el ataque inglés a La Habana en 1762 y envió milicianos criollos a enfrentar a los casacas rojas del rey Jorge III; en tanto, el cabildo santaclareño le declaró la guerra al invasor, en una clara manifestación de patriotismo local.

Hijos insignes como Miguel Gerónimo Gutiérrez y Eduardo Machado, entre otros, encabezaron la Junta Revolucionaria de Villaclara, y el 6 de febrero de 1869 se alzaron contra la Metrópoli española, dispuestos a morir por alcanzar la libertad patria.

(Foto: Archivo)
Teatro «La Caridad » (Foto: Archivo)

También santaclareños ilustres fueron a la manigua en 1895, y otros muchos enfrentaron los males de la República y dieron sus valiosas vidas por la libertad, como el joven Agustí­n «Chiqui » Gómez-Lubián Urioste, quien, junto a Julio Pino Machado, murió en la flor de la vida al explotarles una bomba que pretendí­an poner en el Gobierno Provincial.

Pero Santa Clara es mucho más. Es música, poesí­a, literatura, deporte, cultura, alegrí­a y entusiasmo creador. De villa a ciudad en el siglo XIX, con cinco periódicos circulando entre 1831 y 1860, con la instalación del alumbrado de gas, la presencia desde 1860 del ferrocarril, y la creación, en 1856, del primer Cuerpo de Bomberos.

La réplica de la Torre Eiffel se construyó en la Plaza Mayor de Santa Clara, en febrero 1895. (Foto: Archivo)
La réplica de la Torre Eiffel se construyó en la Plaza Mayor de Santa Clara, en febrero 1895. (Foto: Archivo)

La ciudad estuvo propuesta para ser capital de la Isla, aunque casi nadie lo recuerde, pero también contó con su Torre Eiffel, una réplica de la famosa edificación parisina, situada en el centro de la Plaza de Armas, con 28 metros de alto y 7 metros de ancho, toda de madera y adornada con 25 000 flores de papel.

Aquí­ el Che dejó inauguradas varias de las más importantes industrias del paí­s: Planta Mecánica, la INPUD (Industria Nacional Productora de Utensilios Domésticos) Primero de Mayo; y SAKENAF (hoy denominada SAREX, dedicada a la producción de sacos de polipropileno), para dotar a la ciudad de un desarrollo industrial hasta entonces inédito.

Plaza de la Revolución Ernesto Che Guevara, Santa Clara. (Foto: Carlos Rodrí­guez Torres)
Plaza de la Revolución Ernesto Che Guevara, Santa Clara. (Foto: Carlos Rodrí­guez Torres)

Y también acá se atesoran los restos del Guerrillero de América y los de sus compañeros del Destacamento de Refuerzo, quienes vigilantes desde la hermosa Plaza de la Revolución que lleva su nombre, reclaman a los habitantes de esta maravillosa urbe resultados productivos y económicos.

Por esas y otras muchas razones, si ser cubano es un orgullo, haber nacido en Santa Clara es un privilegio.

(Nota: Este artí­culo fue publicado por el autor en la revista Excelencias, dedicada al 330 de la ciudad.)

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