De frente al mar

Los miembros de la Federación Cubana de Pesca Deportiva en Villa Clara, vinculados con la empresa estatal en Caibarién, comercializan las capturas de especies de escama dirigidas a la venta a la población, los restaurantes especializados y el proceso industrial.

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Jua Carlos Perdomo, pescador de Caibarién.
Juan Carlos Perdomo Rodríguez, a la llegada a Caibarién, muestra especies de escama que acopió durante sus faenas de pesca y con las que completó en apenas pocos meses unas tres toneladas entregadas a la parte estatal. (Foto: Luis Machado Ordetx)
Luis Machado Ordetx
Luis Machado Ordetx
@MOrdetx
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01 Agosto 2020

Hosco, al principio, el hombre desanudó la lengua y contó historias. Desde la Adelfa, una embarcación del tipo chalana isabelina, Juan Carlos Perdomo Rodrí­guez, el patrón, habló de los esfuerzos colectivos   que identifican, como familia, a los tripulantes. A lo sumo, hace casi dos décadas, son tres los pescadores que siempre lo acompañan por sitios en los cuales, mar adentro, abundan la soledad y las posibles adversidades con el mal tiempo.

Selección y pesaje de la pesca.
El pago inmediato a los pescadores, y la selección, pesaje y comercialización de las capturas caracteriza las relaciones de trabajo entre las partes para abastecer instalaciones especializadas que venden directamente a la población de la provincia. (Foto: Luis Machado Ordetx)

Por eso cuenta que «uno se pone viejo, pero la experiencia está ahí­, en la sabidurí­a aprendida de otros, y en ponerse ducho porque el mar lo da todo y también lo quita, principalmente cuando se va lejos, a las cercaní­as de cayo Caimán del Faro, en el archipiélago Sabana-Camagí¼ey, donde capturamos a cordel las especies de escama que vendemos a la entidad estatal de Caibarién.

«No vaya a pensar que el trabajo es fácil. Son dos, tres noches, de acuerdo con la luna, las que permanecemos en el pesquero con sol, luna y tormentas en los cuales apenas hay momentos para el descanso. El oficio tiene que gustarte, y no creer que te las sabes todas y pasar hasta calamidades. De lo contrario no vayas nunca encima de un barco », aclaró el hombre, ya entrado en años,   a quien, con ojos abotonados por la falta de sueño y una barba incipiente, le sobran experiencias para hablar con propiedad de correrí­as marineras.  

Dí­as atrás, un perí­odo de medidas extremas en el enfrentamiento a la pandemia y de poca estancia en tierra para evitar contagios con el nuevo coronavirus, completó tres toneladas de especies de escama entregadas a la Empresa Pesquera Industrial de Caibarién (Epicai), según los contratos establecidos por la parte comercial privada, de la cual forma parte un 30 % de las 785 embarcaciones de propiedad no estatal existentes en la provincia.

Héctor Yandrey Góngora Rodrí­guez, uno de los marineros de la Adelfa, refirió que como miembros de la Federación Cubana de Pesca Deportiva (FCPD), tienen la posibilidad de vincularse como trabajador por cuenta propia con la entidad estatal encargada apoyarlos con suministros de petróleo y hielo para hacerse a la mar.

Héctor Yandrey Góngora, pescador de Villa Clara.
Uno de los tripulantes del Adelfa, de Caibarién, el pescador Héctor Yandrey Góngora Rodrí­guez prevé que en adelante con la corrida de la cubera, más caminadora que el pargo, se obtengan buenas capturas. (Foto: Luis Machado Ordetx).

«De lo nuestro se desprende buscar los avituallamientos de alimentos, el nailon 100, así­ como los anzuelos, la carnada, el eviscerado y conservación, y también traer siempre los mayores volúmenes de pescado », precisó. En tanto aparece la venta de las capturas, según listado de precios por categorí­a de especies, y las obligaciones contractuales, una experiencia que en los primeros seis meses del año posibilitó a Epicai, con sus correspondientes unidades empresariales de base (UEB de Caibarién, La Panchita, Isabela de Sagua y Caharatas), rebasar los acopios de unas 130 toneladas anuales planificadas en la escama comercial privada, dijo Alex Ventura Dí­az, jefe de operaciones de la entidad.

La mercancí­a resultante, y casi siempre los marineros entregan el valor total de las capturas, se comercializa en pescaderí­as y restaurantes especializados diseminados por el territorio villaclareño. Otra parte pasa a la industria para conformar producciones elaboradas, apuntó.

Esa constituye una experiencia única en el paí­s que deja, incluso, precisó el directivo, resultados que inciden en la preservación del ecosistema marino y gana confiabilidad entre los integrantes de la Pesca Deportiva, un sector que se animan a incorporarse a un sistema de trabajo que favorece incrementos en capturas.

Universo marino  

Paisaje marino de Isabela de Sagua, en Villa Clara, Cuba.
Vista fragmentada del paisaje marinero en Isabela de Sagua. (Foto:Luis Machado Ordetx)

Una contentura, cada vez que van hacia la mar, manifiesta Zayda Moré Cabrera y Leonardo Morales Sáez, un matrimonio que desde Isabela de Sagua se desempeña en labores de la pesca comercial privada. La pareja, con cuatro hijos jóvenes, lleva 35 años en confabulación con los ambientes marinos. Dicen sentirse contentos con las relaciones de trabajo que despliegan con Isamar, la UEB de la localidad.

Después de avituallar la embarcación, por dos o tres dí­as con sus respectivas noches, se van de pesca. La mujer, una de las pocas que allí­ se desempeñan en roles marineros, aclaró que le gusta más el invierno que el verano para irse agua adentro, y confirma que las capturas andan de maravillas al referirse a los volúmenes que acopian por jornada. Los pagos por entregas son directos, sin dilaciones.

Zayda y Leonardo, matrimonio de pescadoes de Villa Clara.
Zayda Moré Cabrera, una de las dos mujeres que en Isabela de Sagua se desempeñan en labores de pesquerí­a, junto a Leonardo Morales Sáez, reconocen que los precios de comercialización mejoran y estimulan a otros miembros de la Federación Deportiva. (Foto: Luis Machado Ordetx)

Las producciones aumentan en corridas de especies de calidad (pargo, caballerote, ronco, cherna y rubia, entre otras), hecho que valió completar en ese tipo de pesca comercial las 35 toneladas del plan anual fijado para la UEB Isamar, resaltó Ibrahí­m Escobar Cabrera, el director.

Un 85 % del precio de venta que tienen esas capturas de plataforma dirigidas a establecimientos especializados se retribuye a los pescadores, y constituye una actividad que según las regulaciones contractuales gana en confiabilidad, un incentivo que redunda en mayores surtidos para la población.

Pescador Ricardo Rodrí­guez, de Isabela de Sagua.
Con el descuento del 5% para el pago al fisco, así­ como la Seguridad Social, las ventas de acuerdo al tipo de captura, contribuye a consolidar relaciones de trabajo, dijo Ricardo Rodrí­guez. (Foto: Luis Machado Ordetx)
Ibrahim Escobar, director de la UEB Isamar.
Los 85 pescadores deportivos de Isabela de Sagua entregaron en lo que va de año 35 toneladas de especies de escama, cifra que completó el plan anual, dijo Ibrahim Escobar Cabrera, director de la UEB Isamar. (Foto: Luis Machado Ordetx)

Así­ lo corroboró en Caibarién Juan Carlos Perdomo Rodrí­guez, mientras en Isabela de Sagua el pescador deportivo Ricardo Rodrí­guez indicó que el barco representa un familiar que se aprende a querer de inmediato, porque deja el sustento económico en cada captura que llega al centro de acopio en tierra firme. Con más de 30 años en esas faenas, Rodrí­guez se animó a hablar antes de ir rí­o abajo hasta el terruño de Sagua la Grande.

Miguel Adalberto Rodrí­guez, pescador de Isabela de Sagua, Cuba.
El pescador Miguel Adalberto Rodrí­guez, de Isabela de Sagua, estima excelentes resultados en las capturas de caballerote, especie de escama que tiene en agosto una presencia sistemática en la plataforma costera. (Foto: Luis Machado Ordetx)

Piensa que al llegar septiembre-octubre aparecerán tiempos malos para la captura de especies localizadas mar adentro. Esa es la razón por la cual, junto a Miguel Adalberto Rodrí­guez, el marinero acompañante, con pita, anzuelos y carnadas, se enfrenta a nuevas faenas para aprovechar agosto, y luego dedicarse a reparar la embarcación.

Un pescador «no es cualquiera porque tiene mañas para buscar las mejores zonas de captura, en sus marcas de triángulo imaginario, sortear las turbonadas y hasta buscar soluciones ante roturas que dejan al marinero a la deriva en un ambiente solitario », aseguró Ricardo.

Es un hombre que como otros apostó por establecer relaciones contractuales con la parte estatal y asegurar, incluso, los destinos finales de vida, cuando a todos toca la hora de jubilación. Es un hecho que deja bonanzas para el momento último, ese que dirá adiós final al mar, aunque siempre queden historias por contar sobre los desafí­os marineros.

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