
Hosco, al principio, el hombre desanudó la lengua y contó historias. Desde la Adelfa, una embarcación del tipo chalana isabelina, Juan Carlos Perdomo Rodríguez, el patrón, habló de los esfuerzos colectivos que identifican, como familia, a los tripulantes. A lo sumo, hace casi dos décadas, son tres los pescadores que siempre lo acompañan por sitios en los cuales, mar adentro, abundan la soledad y las posibles adversidades con el mal tiempo.

Por eso cuenta que «uno se pone viejo, pero la experiencia está ahí, en la sabiduría aprendida de otros, y en ponerse ducho porque el mar lo da todo y también lo quita, principalmente cuando se va lejos, a las cercanías de cayo Caimán del Faro, en el archipiélago Sabana-Camagí¼ey, donde capturamos a cordel las especies de escama que vendemos a la entidad estatal de Caibarién.
«No vaya a pensar que el trabajo es fácil. Son dos, tres noches, de acuerdo con la luna, las que permanecemos en el pesquero con sol, luna y tormentas en los cuales apenas hay momentos para el descanso. El oficio tiene que gustarte, y no creer que te las sabes todas y pasar hasta calamidades. De lo contrario no vayas nunca encima de un barco », aclaró el hombre, ya entrado en años, a quien, con ojos abotonados por la falta de sueño y una barba incipiente, le sobran experiencias para hablar con propiedad de correrías marineras.
Días atrás, un período de medidas extremas en el enfrentamiento a la pandemia y de poca estancia en tierra para evitar contagios con el nuevo coronavirus, completó tres toneladas de especies de escama entregadas a la Empresa Pesquera Industrial de Caibarién (Epicai), según los contratos establecidos por la parte comercial privada, de la cual forma parte un 30 % de las 785 embarcaciones de propiedad no estatal existentes en la provincia.
Héctor Yandrey Góngora Rodríguez, uno de los marineros de la Adelfa, refirió que como miembros de la Federación Cubana de Pesca Deportiva (FCPD), tienen la posibilidad de vincularse como trabajador por cuenta propia con la entidad estatal encargada apoyarlos con suministros de petróleo y hielo para hacerse a la mar.

«De lo nuestro se desprende buscar los avituallamientos de alimentos, el nailon 100, así como los anzuelos, la carnada, el eviscerado y conservación, y también traer siempre los mayores volúmenes de pescado », precisó. En tanto aparece la venta de las capturas, según listado de precios por categoría de especies, y las obligaciones contractuales, una experiencia que en los primeros seis meses del año posibilitó a Epicai, con sus correspondientes unidades empresariales de base (UEB de Caibarién, La Panchita, Isabela de Sagua y Caharatas), rebasar los acopios de unas 130 toneladas anuales planificadas en la escama comercial privada, dijo Alex Ventura Díaz, jefe de operaciones de la entidad.
La mercancía resultante, y casi siempre los marineros entregan el valor total de las capturas, se comercializa en pescaderías y restaurantes especializados diseminados por el territorio villaclareño. Otra parte pasa a la industria para conformar producciones elaboradas, apuntó.
Esa constituye una experiencia única en el país que deja, incluso, precisó el directivo, resultados que inciden en la preservación del ecosistema marino y gana confiabilidad entre los integrantes de la Pesca Deportiva, un sector que se animan a incorporarse a un sistema de trabajo que favorece incrementos en capturas.
Universo marino

Una contentura, cada vez que van hacia la mar, manifiesta Zayda Moré Cabrera y Leonardo Morales Sáez, un matrimonio que desde Isabela de Sagua se desempeña en labores de la pesca comercial privada. La pareja, con cuatro hijos jóvenes, lleva 35 años en confabulación con los ambientes marinos. Dicen sentirse contentos con las relaciones de trabajo que despliegan con Isamar, la UEB de la localidad.
Después de avituallar la embarcación, por dos o tres días con sus respectivas noches, se van de pesca. La mujer, una de las pocas que allí se desempeñan en roles marineros, aclaró que le gusta más el invierno que el verano para irse agua adentro, y confirma que las capturas andan de maravillas al referirse a los volúmenes que acopian por jornada. Los pagos por entregas son directos, sin dilaciones.

Las producciones aumentan en corridas de especies de calidad (pargo, caballerote, ronco, cherna y rubia, entre otras), hecho que valió completar en ese tipo de pesca comercial las 35 toneladas del plan anual fijado para la UEB Isamar, resaltó Ibrahím Escobar Cabrera, el director.
Un 85 % del precio de venta que tienen esas capturas de plataforma dirigidas a establecimientos especializados se retribuye a los pescadores, y constituye una actividad que según las regulaciones contractuales gana en confiabilidad, un incentivo que redunda en mayores surtidos para la población.


Así lo corroboró en Caibarién Juan Carlos Perdomo Rodríguez, mientras en Isabela de Sagua el pescador deportivo Ricardo Rodríguez indicó que el barco representa un familiar que se aprende a querer de inmediato, porque deja el sustento económico en cada captura que llega al centro de acopio en tierra firme. Con más de 30 años en esas faenas, Rodríguez se animó a hablar antes de ir río abajo hasta el terruño de Sagua la Grande.

Piensa que al llegar septiembre-octubre aparecerán tiempos malos para la captura de especies localizadas mar adentro. Esa es la razón por la cual, junto a Miguel Adalberto Rodríguez, el marinero acompañante, con pita, anzuelos y carnadas, se enfrenta a nuevas faenas para aprovechar agosto, y luego dedicarse a reparar la embarcación.
Un pescador «no es cualquiera porque tiene mañas para buscar las mejores zonas de captura, en sus marcas de triángulo imaginario, sortear las turbonadas y hasta buscar soluciones ante roturas que dejan al marinero a la deriva en un ambiente solitario », aseguró Ricardo.
Es un hombre que como otros apostó por establecer relaciones contractuales con la parte estatal y asegurar, incluso, los destinos finales de vida, cuando a todos toca la hora de jubilación. Es un hecho que deja bonanzas para el momento último, ese que dirá adiós final al mar, aunque siempre queden historias por contar sobre los desafíos marineros.