
Recordar la visita de Fidel a la Industria Nacional Productora de Utensilios Domésticos (Inpud) 1 º de Mayo, ilumina los ojos de Magda Monteagudo Pérez, la trabajadora del área de economía que a 24 años del acontecimiento no puede olvidar la satisfacción del momento.
«Nuestra fábrica fue el último lugar recorrido », relata Magda, quien integraba el grupo de muchachas que departieron con él aquella mañana del 30 de septiembre.
«Nos dijeron que había estado en la Sala de Historia y el Show Room de la Paloma, y que se dirigía a la Planta de Ventiladores. Entonces salimos corriendo a su encuentro e intercambió algunas palabras con nosotras. Siento mucho orgullo de haber compartido ese instante, y de estar en la foto que perpetúa su presencia en esta industria.
También Mayra Bernal Narbona rememora aquella jornada inolvidable en que rieron y lloraron por la emoción de tenerlo tan cerca.
«No esperábamos que se detuviera al vernos y nos dedicara algunas palabras. Éramos muy jóvenes y no pensamos en las medidas de seguridad dispuestas para la ocasión. De las que aquel día compartimos con Fidel, quedamos solo cuatro en la fábrica. ¿Por qué nos mantenemos aquí? Quizás porque desde aquel día creció nuestro orgullo de pertenecer a un colectivo que Fidel enalteció, cuando plasmó su sentir en el libro de visitantes.
«Me marcho con una magnífica impresión de los trabajadores, tenaces, disciplinados, capaces, y de la planta, lo que hace posible una producción de alta calidad y competitividad. Siento orgullo por este colectivo, casi todos jóvenes. ¡Así debemos marchar! ».