
Javier, Pies Descalzos, semeja un andarín entre surcos y plantaciones de hortalizas. No se detiene al caminar, tal como habla cuando «suelta la lengua », y cuenta historias de sembrados y proyectos. Ahora muestra ropas, impregnadas de fango rojo, que atestiguan cómo va de un sitio a otro para dar orientaciones y no fallar en las labores de cultivos.

El hombre augura cosechas superiores a las de años precedentes, a partir de casas rústicas que se montarán en Hoyo Colorado, lugar donde tiene enclavado el fomento de las labranzas. Todo «llega a buena hora y con sol », anuncia en su empeño por alcanzar mayores acopios dirigidos a contratos estatales. En el sembrado, mientras se propagan las casas de cultivo, Javier Sánchez Díaz aplica técnicas de amarre del tallo herbáceo de la planta (embalizado) a un alambre sostenido por estacas de marabú, excelentemente ubicadas para soportar el paso de los meses.
En unas dos hectáreas de tomate protegido con un techo de tela para atenuar los estragos de las altas temperaturas, las variedades de mesa están en sus respectivos ciclos vegetativos. Todas muestran los primeros frutos verdes, al tiempo que los agrícolas realizan las atenciones fitosanitarias. Como en cosechas anteriores, emplea semillas de calidad, certificadas, y obtiene las posturas en cepellones que antes ideó. Dice, incluso, que dejará el pellejo sobre el campo, y en diciembre sus aportes en tomate y col estarán garantizados para la familia villaclareña.
Esos no son los únicos cultivos que tiene en las 16 hectáreas que asiste en la Agropecuaria Integral de Sagua la Grande, municipio que en las últimas dos décadas conoce de los aportes alimentarios que logra ese productor. Allí también abundan viandas y granos, pero las hortalizas ocupan el centro de su atención.
En la tomatera despliega el mayor de los esfuerzos. Antes recogió más de 20 t/ha de espléndidos frutos, cifra que, de acuerdo con inversiones ejecutadas allí, seguro dejará atrás en su afán por contribuir al programa de autoabastecimiento municipal y a la disminución de los precios de oferta en mercados.
Dicharachero, Pies Descalzos añade: «Lo que por amor se da, por amor se queda », al hablar del campo, y del vínculo de la ciencia y técnica que consigue en su finca para consolidar cosechas superiores en el acopio de cultivos.
Visión diferente

El aprovechamiento de las bondades de los suelos rojos de los mogotes de Jumagua, así como de sistemas eléctricos para el riego de agua y la experiencia de los agropecuarios en producciones de cultivos varios, se aprecian en el surco. Todo tiene el ánimo de dar saltos acordes con las necesidades de alimentos y la sustitución de importaciones. No se cuenta con los insumos de antes para ese propósito, pero ya las alternativas en biopreparados, y hasta el empleo de la tracción animal, rinden positivos resultados.
Las superficies agrícolas son miradas de una manera diferente y se ejecutan mejores formas de explotación. Así hace en las cercanías de Hoyo Colorado el finquero Ihosvani Fernández Navarro, que en 15 hectáreas de desarrollo de frutales apostó por la crianza de ovinos y caprinos, y de conejos, para ampliar los aportes de carne. Ya no solo se aprecia el mamey colorado y el aguacate en las demarcaciones de la finca. También está delimitada el área de siembra de plantas proteicas, boniato y variedades de king grass que se emplean como forraje en la alimentación animal.
En la Integral Agropecuaria de Sagua la Grande se piensa, incluso, en la creación de módulos pecuarios especiales, con sementales genéticos, para propagar las crías hacia otros centros. En ese municipio se conocen sus logros en cultivos varios. Allí, a pesar de eso, el per cápita mensual de alimentos por habitante, según las ofertas, figura entre los más bajos de la provincia. No obstante, brindan un apoyo constante a otros territorios.
Urge entonces consolidar programas que cambien el panorama presente a partir del esfuerzo y la experiencia de los cosecheros. Los sistemas de riego eléctrico de agua, con máquinas en explotación, se amplían con otros de goteo que ya benefician unas 240 ha de variedades de plátano resistentes a plagas y enfermedades.
Trajinar con búfalos
A finales de septiembre de 1982, después de cumplir los trámites sanitarios, llegaron los primeros 399 animales robustos a los predios de Sagua la Grande. Venían procedentes de Australia para multiplicar una masa que aportaría carne, leche y otros derivados, con el objetivo de satisfacer los reclamos de la industria nacional, sustituir importaciones e insertar productos en mercados foráneos.
Dos tipos de búfalos Buffalypso, de río, y Carabao, de pantano se incluyeron en los sistemas semintensivos y extensivos de crianza, a veces muy propensos a daños al medio ambiente y a los cultivos.
De allá acá llovió mucho para tener un mejor control de una masa que, por sus índices reproductivos, poca mortalidad y longevidad de vida útil en machos y hembras, tiende a signos positivos en la Pecuaria Macún, única entidad que ahora concentra ese tipo de animal en la provincia.

Diosnel García Fernández, director general de esa empresa, no solo habla de búfalos. También se refiere a los proyectos industriales en la empacadora y la quesera, los compromisos con el balance nacional de carne y leche, así como los negocios con el turismo en fronteras y la exportación en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, ingresos monetarios que repercuten en mayores inversiones (alambradas, canales, pastoreos, termos refrigerados, autoconsumo, casas de cultivo) y mejor atención a los trabajadores del sector.
Con unas 10 000 cabezas de ganado, que incluyen unas 750 de cebú de cría, durante el año la comercialización de animales en pie principal destino de la entidad para el mercado nacional y el turismo en partes iguales prevé una producción superior a las 2720 toneladas. En leche vacuna se extraerán 3 900 000 litros y de bubalinas unos 281 000, volúmenes que marchan acorde con lo planificado, aun cuando el período está sometido a la contingencia de enfrentamiento a la COVID-19 con estrictas medidas higiénico-sanitarias en las diferentes instalaciones del sector.
La leche de búfalas tiene hasta un 40 % de sólidos totales, un 95.9 de grasa, 25.6 de proteína y 1.7 de lactosa, parámetros superiores a los obtenidos en bovinos, según cálculos de laboratorio. Hay unidades como Santa Ana, camino a Isabela de Sagua con 32 animales en ordeño manual, en la cual se obtienen 5.6 litros por ejemplar, cifra que demuestra avances en el manejo de una masa de espíritu gregario. Durante el pasado año se acopiaron aquí 44 500 litros de leche. Ahora van por más, dijeron los ganaderos. Otras lecherías también se acercan a esos indicadores, declaró García Fernández.
El directivo anunció que en breve comenzará a funcionar en Caguaguas una fábrica de queso. ¡Al fin llegó la hora!, y ya tienen colocados los principales dispositivos mecánicos para la elaboración de un alimento que, por sus características apuntó, tendrá salida inmediata en el mercado nacional. No obstante, a criterio personal, la instalación está bastante alejada de las lecherías. Sin embargo, constituye una inversión que se agradece por los valores agregados que aportará.

En la empacadora acometerán inversiones para elevar la producción de embutidos a unas 600 t, cifra que en un año duplicará los volúmenes alcanzados actualmente, al tiempo que los montos en valores, por supuesto, aumentarán con el propósito de impulsar la solvencia económica de la entidad.
De esa planta saldrán unas 60 t de embutidos para reforzar la alimentación de los villaclareños a finales de año. Ya disponen de todos los insumos, incluyendo la carne animal, para conseguir una producción que todos agradecemos, expresó el directivo.
Los cultivos varios, de igual manera, se impulsan en los predios ganaderos para garantizar el abastecimiento a comedores y contribuir con la comercialización estatal. Ahora montan casas rústicas dedicadas al fomento de hortalizas, y en la zona de Viana producen carbón vegetal para la exportación.
En las cuartillas no cabe todo lo apreciado en un viaje de recuento. Otros apuntes relacionados con las interioridades agropecuarias que acometen los sagí¼eros quedan pendientes. Un impulso, desde sus resultados productivos, se descubre en la inserción en mercados foráneos y los destinos de la alimentación que todos reclamamos.