
No todo está resuelto en las comunidades serranas y de la llanura de Manicaragua luego de las cuantiosas afectaciones materiales que dejó la tormenta tropical Eta, durante su paso por ese territorio. El camino está trazado, pero persisten insatisfacciones.

A pesar de los recursos materiales que dispuso el país para contrarrestar los daños, y de los esfuerzos que acometen los habitantes de esas localidades para disminuir pérdidas en cosechas de cultivos varios, cafetales y semilleros de tabaco, así como en el acopio de leche, todavía se perciben desatenciones de organismos estatales.
Así apreció el martes 17 de noviembre el aparato auxiliar del Partido en Villa Clara, que se desplegó por zonas en las cuales se impone solucionar los «entuertos » que el aislamiento de las comunicaciones provoca en la vida de los moradores.
Al menos esa constituyó la impresión captada por Yudí Rodríguez Hernández, presidenta del Consejo de Defensa Provincial (CDP), en su recorrido por algunos de los asentamientos más intrincados, y en el diálogo que tuvo con pobladores durante su trayecto.
Todavía las entidades estatales no priorizan como debieran su atención a las comunidades de campo en el Plan Turquino, y deben aguzar los oídos para conocer los problemas que acontecen en las instalaciones socioculturales y productivas, dijo la también miembro del Comité Central, no son resueltos con la celeridad precisa.

Muchas veces, previo a los recorridos de inspección, tal parece que comienzan a ejecutarse acciones como para «tapar » lo dejado de hacer en lugares donde los habitantes, con optimismo, tienen un espíritu de trabajo que los fortalece y los ayuda a sobreponerse ante las dificultades impuestas por la naturaleza.
Cuando 12 de las 16 comunidades que estuvieron aisladas días atrás se benefician con acceso en comunicaciones por carretera, y se labora con rapidez en puentes averiados y vías de acceso en Cardoso, María Rodríguez, Arroyo Bermejo, Guanayara, Can Can, Venturilla, Quiebra Hacha, Pico Blanco, Manantiales, Sitio Yera, Potrero de Gí¼inía-Platanico, resulta inadmisible que instalaciones de Comercio muestren desabastecimientos en artículos normados para la canasta básica, y hasta en los «perseguidos y ausentes » suministros de cigarros y tabacos.
También las producciones alimentarias que elaboran las panaderías son minoritarias, y según el criterio de quien suscribe, hasta las frutas (naranja agria y dulce, y guayaba) se «perdieron » en las embestidas de las lluvias y las crecientes de los ríos, cuando en realidad abundan entre cafetales y plantaciones forestales.

Rodríguez Hernández insistió en la necesidad de «establecer mecanismos de comunicación » más allá de la retórica y las justificaciones, en aras de lograr diálogos efectivos con la población. Se trata de impulsar la atención diferenciada a los problemas individuales y colectivos, y de elaborar producciones sostenibles de acuerdo con alimentos y recursos que existen en las comunidades.
Los viales, obvio, a veces son intransitables, y los servicios de transporte tienden a recortes por carencias de combustible y equipos. No obstante, hay ejemplos como en Provincial, donde los habitantes del territorio repararon con sus recursos y esfuerzos las vías de acceso a la comunidad.
Sin embargo, es reiterativo que en zonas afectadas o no por las aguas que trajo la tormenta tropical y ahora rehabilitadas las transportaciones, la leche no se recoja en los centros de acopio (termos) refrigerados y deje de llegar a las industrias y los consumidores. Muchos modelos de incumplimientos se mostraron durante el resumen de la visita, como los apreciados en Jorobaba y predios de la UBPC Cuba-Uruguay, así como en Mabujina-Platanico. También se constató la baja calidad del alimento que se recibe en La Macagua-Hanabanilla, por citar algunos casos.

Cuando en esas comunidades, antes y después de las lluvias, se aprecia voluntad de trascender con sentido de pertenencia para salir adelante, no pueden existir tapujos administrativos que empañen el sentido de justicia social y productividad del trabajo que traza el país. «La respuesta a los problemas », como dijo Rodríguez Hernández, es resultante de todos los días, y un imperativo para lograr la confianza institucional del pueblo.