Llegar hasta los lugares más intrincados y de difícil acceso en Villa Clara sigue siendo una prioridad para las autoridades en la provincia. En recorrido encabezado por la primera secretaria del Partido, Yudí Rodríguez Hernández, se visitaron diferentes poblados pertenecientes al municipio de Manicaragua.
Palo Prieto, Quiebra Hacha, Las Cajas, El Manguito y Arroyo Seco fueron las comunidades a las que se dirigió José Raúl Arias, funcionario del PCC, con el propósito de supervisar el desarrollo correcto de todos los procesos en las distintas esferas.

Luego de un largo período de lluvias provocadas por el fenómeno meteorológico Eta, el acopio de leche se vio afectado. Por abruptos caminos, castigados por el sol y el polvo, los pobladores de la región se mueven por el lomerío con la sobriedad de quienes no exigen mucho de la felicidad.
Este es el aire de satisfacción que se respira en la escuela primaria Granma, en El Manguito. Con una matrícula de 33 estudiantes, los profesores y trabajadores del centro se muestran orgullosos, ya que su labor educativa solo se interrumpió mientras duró la tormenta y los pioneros regresaron de inmediato a las aulas. Son estos niños de pañoletas azules y rojas quienes resguardan el obelisco en honor de Antonio Maceo y Máximo Gómez Báez.

En un escenario dibujado a verdes, los centros de Salud garantizan la vida en las montañas del Escambray. Servicios farmacéuticos se crecen a través de la explotación de la medicina verde, y desde la consulta del joven doctor de la comunidad, una embarazada de 37 semanas se deshace en elogios. Claro, ni los consultorios ni las farmacias de estas zonas montañosas escapan de la carencia de medicamentos e hipoclorito de sodio.
Lo más preocupante a ojos de José Raúl Arias y los periodistas que con él llegamos a las principales locaciones de las comunidades, resultó el desabastecimiento de las bodegas. Los estantes vacíos realzan un panorama gris que, según cuentan trabajadores y pobladores, emergió luego de la llegada de la COVID-19.

La panadería de Arroyo Seco fue otro de los lugares que mayor impacto causó durante el recorrido. Con condiciones higiénico-sanitarias desfavorables, un local maltratado severamente por las lluvias ofrece servicios gastronómicos a la población. Fue el propio funcionario Arias quien tomó en sus manos seis panes y los colocó sobre la balanza para descubrir un faltante de 120 gramos, equivalentes a aproximadamente 20 gramos menos por pan.

Productos agrícolas cultivados en esas tierras se llevan hasta el punto de venta de Arroyo Seco, donde se venden a la población a precios asequibles, por ejemplo, la libra de malanga a 4.20 CUP y la de calabaza a 0.70. Sin embargo, el administrador de la entidad nos cuenta que las ventas son bajas.
Salir al camino y detenerse en los claroscuros del panorama no resulta complejo cuando las sonrisas y el buen trato se abren paso en las cercanías de Manicaragua. Su gente, con la fe y la entereza de quien vive y ama la montaña, acrecienta los ánimos y su tono esperanzador me hace a creer en aquello que dijo una vez el General de Ejército Raúl Castro Ruz: «Sí se pudo, sí se puede y sí se podrá ».