Vitalizar la montaña

A pesar de las adversidades, para las autoridades de la provincia la prioridad es el pueblo. Por tal motivo, la primera secretaria del Partido en Villa Clara, Yudí­ Rodrí­guez Hernández, y un equipo de funcionarios recorrieron territorios de Manicaragua. 

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Vanguardia - Villa Clara - Cuba
Para Yudi Hernández Rodríguez, Primera Secretaria del Partido en Villa Clara, saber qué piensa la población y cuáles son sus preocupaciones supone una prioridad. (Foto: Dayana Darias Valdés)
Dayana Darias Valdés
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18 Noviembre 2020

Llegar hasta los lugares más intrincados y de difí­cil acceso en Villa Clara sigue siendo una prioridad para las autoridades en la provincia. En recorrido  encabezado  por la primera secretaria del Partido, Yudí­ Rodrí­guez Hernández, se visitaron diferentes poblados pertenecientes al municipio de Manicaragua.

Palo Prieto, Quiebra Hacha, Las Cajas, El Manguito y Arroyo Seco fueron las comunidades a las que se dirigió José Raúl Arias, funcionario del PCC, con el propósito de supervisar el desarrollo correcto de todos los procesos en las distintas esferas.

Muchas comunidades cercanas a Manicaragua, como Palo Prieto y El Manguito, carecen de medios de transporte estables, por lo que trabajadores y pioneros se trasladan a caballo. (Foto: Dayana Darias Valdés)

Luego de un largo perí­odo de lluvias provocadas por el fenómeno meteorológico Eta, el acopio de leche se vio afectado. Por abruptos caminos, castigados por el sol y el polvo, los pobladores de la región se mueven por el lomerí­o con la sobriedad de quienes no exigen mucho de la felicidad.

Este es el aire de satisfacción que se respira en la escuela primaria Granma, en El Manguito. Con una matrí­cula de 33 estudiantes, los profesores y trabajadores del centro se muestran orgullosos,  ya que su labor educativa solo se interrumpió mientras duró la tormenta y los pioneros regresaron de inmediato a las aulas. Son estos niños de pañoletas azules y rojas quienes resguardan el obelisco en honor de  Antonio Maceo y Máximo Gómez Báez.

Aunque el estado material de las escuelitas no es óptimo, el sentir de los profesionales que allí­ laboran las convierte en espejo de la zona.  (Foto: Dayana Darias Valdés)

En un escenario dibujado a verdes, los centros de Salud garantizan  la vida en las montañas del Escambray. Servicios farmacéuticos se crecen a través de la explotación de la medicina verde, y desde la consulta del joven doctor de la comunidad, una embarazada de 37 semanas se deshace  en elogios. Claro, ni los consultorios ni las farmacias de estas zonas montañosas escapan de la carencia de medicamentos e hipoclorito de sodio.

Lo más preocupante a ojos de José Raúl Arias y los periodistas que con él llegamos a las principales locaciones de las comunidades, resultó el desabastecimiento de las bodegas. Los estantes vací­os realzan un panorama gris que, según cuentan trabajadores y pobladores, emergió luego de la llegada de la COVID-19.

El desabastecimiento de las bodegas resultó un factor común durante el recorrido. Productos como el cloro fueron reclamados en distintas entidades.  (Foto: Dayana Darias Valdés)

La panaderí­a de Arroyo Seco fue otro de los lugares que mayor impacto causó durante el recorrido. Con condiciones higiénico-sanitarias desfavorables, un local maltratado severamente por las lluvias ofrece servicios gastronómicos a la población. Fue el propio funcionario Arias quien tomó en sus manos seis panes y los colocó sobre la balanza para descubrir un faltante de 120 gramos, equivalentes a aproximadamente 20 gramos menos por pan.

Las condiciones en las que se elabora el pan en Arroyo Seco no son adecuadas, ya que el local de la panaderí­a presenta filtraciones, incluso dentro del horno. Sin embargo, se identificaron otras deficiencias que deberí­an solucionarse a nivel de entidad.  (Foto: Dayana Darias Valdés)

Productos agrí­colas cultivados en esas tierras se llevan hasta el punto de venta de Arroyo Seco, donde se venden a la población a precios asequibles,  por ejemplo, la libra de malanga a 4.20 CUP y la de calabaza a 0.70. Sin embargo, el administrador de la entidad nos cuenta que las ventas son bajas.

Salir al camino y detenerse en los claroscuros del panorama no resulta complejo cuando las sonrisas y el buen trato se abren paso en las cercaní­as de Manicaragua. Su gente, con la fe y la entereza de quien vive y ama la montaña,  acrecienta los ánimos y su tono  esperanzador me  hace a creer en aquello que dijo una vez el General de Ejército Raúl Castro Ruz: «Sí­ se pudo, sí­ se puede y sí­ se podrá ».

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