
Sin temor a parecer exagerado puedo afirmar que nunca antes se había visto tanta carne de cerdo como la que, de manera simultánea, se vendió este 29 de diciembre en los cuatro puntos de habilitados para la feria santaclareña.
El pueblo no salía de su asombro ante lo real maravilloso de ver reaparecer, como si fuera de la nada, al desaparecido mamífero nacional, por el que clamaba desde hacía meses.

Pero nada es obra de la casualidad y mucho menos arte de magia, sino fruto del esfuerzo de meses del Gobierno de Villa Clara que, a costa de grandes sacrificios, fue acopiando el cerdo para poder darle esta merecida alegría al pueblo.
«Hay cerdo a pata' y ahora hay tres camiones más descargando puercos », dijo un santaclareño satisfecho con su compra. Mientras una pareja de ancianos, con su pernil en jaba, comentaban que ya tenían asegurado el fin de año, que no hubiese sido verdaderamente fin de año a la cubana, si les faltaba el cerdo.
En cada lugar predominaba la disciplina y el orden, garantizado por trabajadores de distintas empresas y por las distintas fuerzas del Ministerio del Interior, quienes han realizado una encomiable labor de ayuda al pueblo.

La tarjeta de abastecimiento volvió a mostrar su utilidad, y con ella, se le dio un golpe contundente a coleros y revendedores.
Al momento de redactar estas líneas las ventas continuaban y todo parece indicar que habrá paleta, solomo y costilla durante muchas horas más.
Lo real maravilloso volvió a revivirse. La carne de puerco estaba a «pululu », como dice Ruperto humorístico de la televisión cubana, y al precio de $30.00 pesos la libra, otro de los éxitos del cuarto día de Feria.
Mañana miércoles 30 de diciembre será el colofón de la Feria de Fin de Año y se espera una gran concurrencia de productores. La estocada final de un esfuerzo organizativo extraordinario, pero que ha valido la pena con creces.
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