No sé el resto de la gente, pero a este 2021 le voy a entrar con tremendas ganas. Con buenas vibras o good vibes, como dicen los pepillos, con energías positivas, con aché, bendecida por los dioses del Olimpo y con la luz de R'hllor alumbrando mi camino.
Es que no son tiempos para pesimistas. De hecho, miremos todo lo bueno que nos espera. Ya hay varias vacunas en punta, y si nos queda COVID-19, hemos aprendido a convivir con ella. Además, están los Juegos Olímpicos, que se suspendieron en el 2020 y se niegan a correr la misma suerte este año. ¡Y para qué hablar de mi horóscopo! Amor, salud y dinero, con Venus como regente. Vaya, que lo tengo bien fácil.
Pero hablemos del horóscopo que me interesa. Lo del amor lo tengo resuelto. Ha sido lo mejorcito de este 2020 y a cuidarlo en el 21 para que llegue al 22. La salud nunca me ha preocupado. Mi único problema han sido las alergias con el cambio de tiempo y por suerte tengo un stock de antihistamínicos que promete durar hasta la próxima centuria.
El dinero sí me tiene un poco angustiada. Es que siempre se me han dado muy mal los números y después de una vida multiplicando por 25 y dividiendo entre 24, ahora me cambian la bola. Así que ando con los pelos de punta, aunque sin amedrentarme.
Cuando los astros predijeron dinero, de seguro hablaban del bendito aumento salarial. Y yo contenta solo de pensarlo, porque una vez al mes me toca el día feliz, pero ¿y después?
Calculemos. Cuatro mil pesospara poner un aproximado menos 300 de la bodega, 600 de electricidad, 200 de las uñas, porque según una amiga mía el gel es sagrado; 100 para el pelo, la carne de puerco que se monta sobre los 60 la libra, por diez libritas para tirar el mes, son 600 más, lo que viene por la shopping, que no se puede perder y que en un buen mes se monta en 500.
A eso sumémosles la suscripción a los periódicos, imprescindibles para mi papá; el agua, el gas, el teléfono, mi eterna deuda con Etecsa, el cafecito de después de almuerzo de hecho, mejor no entramos en el terreno del café, que es peligroso y mi vicio de maní que debe mantenerse al precio que sea.
¡Ay, ya me perdí! Hay cuentas imposibles de sacar así en frío. Creo que mejor espero el primer mes y veo cómo sobrevivo. ¡O mejor! Le pido a mi primita de 14 años que me dé un intensivo rápido de matemáticas porque tampoco la cosa está como para vivir al límite.
Igual le voy a entrar con tremendas ganas al 2021, porque nada puede ser peor que este 2020 endemoniado. Y si tengo que empezar con los cálculos básicos de primaria pues lo hago. Que está muy bonito lo de reordenar la economía del país, pero a la mía tengo que meterle mano yo solita.