Ajustar con vista larga

Una mirada por dentro a los precios en mercados estatales y puntos de venta agropecuarios de Santa Clara durante la aplicación de la Tarea Ordenamiento. El camino que resta para el abastecimiento de las instalaciones. 

Compartir

Mercado agropecuario estatal en Santa Clara.
El domingo, día de compras para asegurar parte de los alimentos esenciales de la semana. (Foto: Luis Machado Ordetx)
Luis Machado Ordetx
Luis Machado Ordetx
@MOrdetx
2678
24 Enero 2021

Farfullan unos. Otros salen disparados. Algunos optan por adquirir lo que necesitan en «establecimientos » de tipo hogareño que existen en algunos barrios y que, de manera contradictoria, se sitúan entre la utopí­a posible y su opuesto, la distopí­a. Son denominados boutiques, y allí­ uno encuentra desde lo más necesario para la ocasión hasta la selecta mercancí­a agrí­cola. Nadie sabe de qué forma aparecen los surtidos, pero todos conocen de trasfondos en reventa y especulación a precios ya conocidos.

Mercado de Buen Viaje, en Santa Clara.
Mercado de Buen Viaje: poca oferta de viandas durante los primeros dí­as de la semana. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Sin ciencia ficción, en territorios de lo real maravilloso las historias están a diario. Se atenúan un poco los fines de semana del primer mes del año. En ese perí­odo ocurren, barrio adentro, ventas adecuadas a las condiciones actuales. Al menos, con organización y disciplina, hubo un coto momentáneo a los desabastecimientos de las tarimas y llegaron surtidos, según las cosechas de estación, de viandas y hortalizas. Poco a poco la vista tiende a ajustarse, aunque…

Tal situación de desabastecimientos sistemáticos, al estilo de antes, tenderá a prorrogarse por un tiempo, principalmente en las viandas ausentes. Todo se deriva de las afectaciones que sufrieron los plantí­os en los últimos meses del pasado año, originadas por la falta de insumos para el fomento de las siembras. También, los estragos naturales de lluvias y vientos, muy perceptibles en la temporada ciclónica, hicieron acto de presencia con marcada saña.

No queda otra opción que asumir mayores áreas de cultivo para asegurar alimentos dirigidos a 123 mercados y puntos de venta existentes en la provincia, así­ como al consumo social. Por supuesto, todo circula por la sustitución de importaciones y abrir rutas a la exportación.

Otros ví­nculos de comercialización directa se instrumentan en algunos lugares y los asumirá el sector privado. Ojalá no suceda, como en otros tiempos, cuando las placitas fueron atendidas por cooperativas de producción agropecuaria, y de crédito y servicios, y luego surgieron los desabastecimientos al consumidor y los productos desaparecieron de la noche a la mañana.  

Con el proceso de ordenamiento monetario y cambiario, los precios de los alimentos agropecuarios, al igual que otros, se dispararon en una tendencia alcista en expendios privados, donde predomina ganar y ganar dinero.

Oferta de domingo en un mercado estatal de Santa Clara.
La oferta del domingo pasado, en mercados estatales y puntos de venta en Santa Clara, evidenciaron estabilidad. De acuerdo con pronósticos, en adelante, sin dejar de observar medidas higiénico-sanitarias de enfrentamiento a la COVID-19, se repetirán estas distribuciones de alimentos, muy similares a lo que ocurrirá en los municipios. (Foto: Luis Machado Ordetx)

Las resoluciones emitidas por el Ministerio de Finanzas y Precios son claras. Más allá de aquellos renglones declarados centralizados para el paí­s, los productos tienen cuantí­as máximas sujetas a contratos entre las entidades estatales acopiadoras y los cosecheros, y varí­an según la comercialización minorista (venta a la población), la calidad de los surtidos, los costos y precios de sus similares en los mercados, y la estacionalidad de las recolecciones.

El Consejo de Gobierno en Villa Clara, en coordinación con los consejos de la Administración municipales, trazó acciones de regulación y control de precios topes de venta de productos agropecuarios comercializados en todas las instancias (mercados, trabajadores por cuenta propia, de oferta y demanda, y carretilleros), muchas veces violados.   Para nadie es secreto que en el informal ante tarimas vací­as en placitas, y a «rí­o revuelto, ganancia de pescadores » abundan la reventa y la especulación.

La Ley y el orden

 En los municipios, la «barra » de precios es hacia abajo, inferior a lo dispuesto por el Gobierno en la provincia. Todos los de í­ndole agropecuaria quedaron establecidos, con excepción de los ahumados (incluyen embutidos derivados del cerdo), que aún permanecen en estudio de aprobación. No pueden violarse. De ahí­ la ley y el orden establecidos. Sin embargo en la denominada boutique, así­ como en carretilleros, usted con reiteración aprecia como si nada ocurriera, y habrá que abolir, no sé cuándo, el dañino laisser faire, laisser passer, que se sustenta, en lo especulativo, en el axioma de lo tomas o lo llevas.

Ejemplos sobran y contradicen lo normado por el Gobierno y los municipios. Cierto que escasean los productos agropecuarios en los mercados estatales, mientras en los «establecimientos » privados están, pero a qué precio; hecho que demanda una minuciosa observación.

Venta de vegetales de hoja en mercado de Santa Clara,
Muy común en cultivos de hojas resulta la carencia de beneficio. El precio también está implí­cito en la calidad del alimento. (Foto: Luis Machado Ordetx)

Solo hay que salir a la calle para contemplarlos más allá de cualquier subterfugio o ardid del vendedor. Tomate, calabaza y malanga, en algunos casos, la libra rebasa los 15.00 pesos. No hablemos de la carne de cerdo, el jamón y otros derivados que rondan los $70.00.   Hasta el ají­ cachucha y el cilantro se dispararon. Abusivos, dirán unos, y es verdad. Otros alegarán que se incrementaron los salarios y las pensiones, pero no cabe otra alternativa que mayor control para ubicar un freno a la mente economicista de ganar y ganar a costa del bolsillo del consumidor y de las carencias estatales.

Reiterados esfuerzos se desencadenan en polos productivos y fincas de cosecheros individuales asociados a diferentes formas de gestión agropecuarias para devolver los alimentos a las acostumbradas tarimas, ahora vací­as. No es solo la insatisfacción del consumidor lo visto en las últimas semanas, así­ como la subida de precios en los mercados estatales y la escalada informal-especulativa de revendedores que en ocasiones carecen de licencia para realizar operaciones comerciales lo que flota en el ambiente luego del inicio de la Tarea Ordenamiento en el paí­s.

Dí­as atrás José Luis Valladares, jefe del Departamento de Comercialización del Ministerio de la Agricultura en Villa Clara, aclaró que los cosecheros responden de manera afirmativa para garantizar suministros de alimentos. No es todo lo que se necesita el pueblo, pero la comercialización comienza a readecuarse según las nuevas exigencias de precios.

No obstante, precisó, algunos productores de viandas (plátano, yuca y boniato) plantearon criterios discordantes con los precios de venta centralizados por el paí­s, y sustentaron que representan cultivos con sistemáticas atenciones culturales, inversiones y costos muy por encima de la cuantí­a de compra fijada. Todo requiere revisión y, por supuesto, nada resultará estático en el decurso.

Arrancamos un año complejo. La subida de los costos también pasa, incluso, por las afectaciones de fenómenos meteorológicos, ataques de plagas y enfermedades a los cultivos, el pago de fuerza de trabajo y hasta por la COVID-19; todo lleva una «readecuación del trabajo que implementa sistemas, ratificados según contratos y enví­os por territorios, para abastecer mercados y placitas », dijo Ulises Coello Valdivia, director provincial de Acopio.

Mercado de Frutas Selectas en Santa Clara.
El mercado atendido por frutas selectas, en Brisas del oeste, alcanza estabilidad en ofertas de fines de semana. (Foto: Luis Machado Ordetx)

Será esa otra ví­a un mecanismo más para contener desví­os de la producción contratada. Con reiteración esa mercancí­a, por fallas estatales, va hacia vendedores legales y clandestinos, únicos poseedores de un tipo de «tarima » sin respeto al dinero ajeno. Estamos en un perí­odo que, por falta de cosecha en los campos, obliga a concentrar los alimentos en venta los fines de semana. Esa será la ruta que seguiremos en adelante hasta que aparezcan mejores tiempos y cosechas.  

El tópico precio tendrá que pasar, además, por la fiscalización del programa de autoabastecimiento municipal y las propuestas de distribución de viandas, hortalizas, granos y frutales, así­ como de proteí­na animal por mes, según habitantes, y la calidad de las ofertas. No muy al margen quedarán los productos agrí­colas empaquetados y las conservas; a veces, con precios disparados por contar con valores agregados.

No queda otra alternativa que labrar más la tierra, cosechar con celeridad y eficiencia para evitar pérdidas en campos, y abastecer las tarimas estatales y aquellas que ocupan los sectores campesino y cooperativo, convertidas en tabla de salvación para contener ciertos subterfugios especulativos que medran a costa del bolsillo ajeno. Habrá que poner luz a todo lo que se necesita cambiar en el terreno de precios, donde persisten reiteradas violaciones. Como dijo Martí­: «Pensar es abrir surcos », y allí­ se requiere también mudar el soplo de aires ilegales que persisten con reiteración.

Comentar