Desde el pasado 6 de febrero, tres provincias de nuestro país abrieron centros de aislamiento y hoteles que acogen a viajeros internacionales. Estas instituciones se encuentran en las provincias de Guantánamo, Santiago de Cuba y Villa Clara.
Alexander Romero Alfonso, director general el Complejo Hotelero Los Caneyes, explicó a Vanguardia cómo han funcionado las entidades villaclareñas desde su apertura para quienes arriban al país. «Tenemos un total de 90 habitaciones a disposición de los clientes (70 pertenecientes a Los Caneyes y 20 en La Granjita). Además, esta última cuenta con otro grupo destinado a un hospital habilitado en la institución ».

Al arribar a Cuba, los clientes son trasladados de forma inmediata a una de estas entidades. «Llegan con un primer PCR que se realiza hasta 72 horas antes, se hace un segundo en el aeropuerto y al quinto día un equipo de Salud les realiza otro a los viajeros que se encuentran en las instalaciones », explicó el Dr. Carlos Morales Núñez, médico intensivista al frente de los servicios médicos en La Granjita.

Hasta el 3 de marzo a Villa Clara habían llegado 246 internacionales; de ellos, 136 positivos asintomáticos, que recibieron atención médica de forma inmediata. Para garantizar el bienestar de las personas que realizan su aislamiento allí, se trabaja arduamente. Según la Dra. Yadixy Luzardo Sánchez, jefa de los Servicios Médicos de Los Caneyes: «Se realiza la pesquisa activa y la vigilancia epidemiológica cumpliendo todas las medidas establecidas por la dirección del país. Contamos con grupos que efectúan turnos de 24 horas (compuestos por un médico y una enfermera) ».
Por su parte, Diana Ló pez Mesa, especialista en Calidad, explicó que cada cliente es atendido de forma personalizada: «Las habitaciones se limpian a diario, todo el personal labora con los medios de protección necesarios y se ofrece un servicio de habitaciones con el que nuestros clientes manifiestan altos niveles de satisfacción, incluso, pueden elegir los alimentos que desean consumir ».
De los Estados Unidos llegó Eraisy Liset Herrera Díaz con su bebé Adriel; ambos esperan los resultados de su PCR en La Granjita. «Llevamos 48 horas aquí y el tratamiento ha sido excelente. Cada mañana llaman desde recepción para saber si necesitamos algo y personalizar la comida del niño. La atención de los doctores ha sido excepcional », cuenta.
La Dra. Milagros Jiménez López, quien presta servicios en Los Caneyes, explicó que desde que comenzaron a trabajar con arribados, han llegado distintos grupos de pacientes con situaciones de vulnerabilidad: niños, adultos mayores, personas con enfermedades crónicas… Explica: «Si un cliente muestra algún problema de salud que no tenga que ver con el coronavirus, también recibe atención ».

Desde la puerta de una de las habitaciones, José Ramón Pérez Corredera saludó al equipo de Vanguardia y aseveró: «En nuestro país no es lo mismo que allá afuera; lo que nos enseñan aquí vale oro ».
La limpieza y el rigor con que se cumplen los protocolos sanitarios en ambas instituciones hoteleras resultan admirables. El subdirector de La Granjita, Onay Gómez Rodríguez, contó que en ocasiones se hace difícil preservar la disciplina y hacer que los huéspedes cumplan adecuadamente con el aislamiento. «Protestan porque quieren ingerir bebidas alcohólicas o salir de las habitaciones y bañarse en la piscina, por lo que tenemos que ser en extremo responsables y cuidadosos, explicarles bien por qué seguimos medidas estrictas. Al final, la única manera de sobrellevar esta situación es ofrecer servicios de calidad, que se sientan complacidos y cómodos. Muchos de ellos, luego de pasar, ya sea por el hotel o por el hospital que tenemos aquí, se comunican con nosotros para agradecer por las atenciones, quedan encantados con la naturaleza y aseguran que cuando todo esto pase volverán para disfrutarla a plenitud ».
El pago por estos servicios lo cubre el seguro médico de cada cliente e incluye todas las atenciones que se brindan a nivel institucional, desde el transporte hasta la alimentación.
Al cumplirse un mes desde que se aplica esta medida en la región central del país, solo se puede hablar de resultados positivos que han propiciado una ligera disminución de casos de la COVID-19. Lo primordial continúa siendo la responsabilidad de todo el personal que hace posible que estos hoteles mantengan una rutina de trabajo intensa, en aras de vencer una de las mayores batallas a la que jamás nos habíamos enfrentado.