Desde el confinamiento

A un año de haberse diagnosticado el primer caso de COVID-19 en Cuba, vale reflexionar acerca decómo hemos vivido los cubanos los efectos de esta pandemia.

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Zona en cuarentena
(Foto: Ramón Barreras Valdés)
Osmaira González Consuegra
Osmaira González Consuegra
@oglezc
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11 Marzo 2021

De alguna manera habrá que contar esta historia. Escribo desde el confinamiento, sin pretender redactar un cuento y mucho menos algo semejante a las narraciones que empiezan con el clásico «habí­a una vez ». Porque ya   hubo otras veces anteriores de este virus y por eso se le llama el nuevo coronavirus.

Dicen que la pandemia no ha tenido antecedentes. Otros afirman que epidemias como esta aparecen cada 100 años. Lo cierto es que suman millones los infectados, así­ como los fallecidos. Se transmite de manera vertiginosa, y por su causa se impone el aislamiento social, se prohí­ben los besos y los abrazos. Se exige el lavado frecuente de las manos y el uso permanente del nasobuco.

Algo que para el pueblo cubano ha sido muy difí­cil de lograr desde que hace un año aparecieron los primeros casos. Y es que somos un pueblo muy cariñoso y transmitimos el afecto con un buen apretón de manos. Nos encanta el besuqueo y la abrazadera. Pero esta enfermedad nos ha impuesto el saludo con los codos y los puños cerrados.

Médicos
(Foto: Ramón Barreras Valdés)

En el momento de elaborar estas lí­neas, se daba a conocer el parte de cierre del dí­a 7 de marzo a las 12 de la noche. En   este se informaba que el paí­s acumulaba 2 540 022 muestras de PCR realizadas y 56 566 positivas. También se reportaban 350 fallecidos. ¡Lamentable! No existe otra manera de expresarlo.

Vivimos el tercer rebrote de la enfermedad. Todas las provincias de Cuba confirman casos diariamente. Entre tanto, los entendidos de pronósticos no pueden precisar la fecha en la que el paí­s muestre una situación más favorable.

Villa Clara presenta un panorama de dispersión. En sus trece municipios hay presencia del virus, con la capital provincial como la más complicada. La fase de transmisión autóctona limitada, decretada desde mediados del mes de enero, ha impuesto la restricción de movimientos y una serie de medidas de obligatorio cumplimiento.

Son muchos los que trabajan desde su hogar. Mientras, el llamado es el de proteger a niños y ancianos, pues son la población más vulnerable. Se solicita que no exista la aglomeración de personas y que las necesarias colas para comprar productos de primera necesidad se realicen con disciplina, cumpliendo las medidas de distanciamiento. Pero el pueblo no reacciona como se espera. Todaví­a la percepción del riesgo es í­nfima. De ahí­ que los agentes del orden público tengan que intervenir para organizar y hacer cumplir las normas de un metro y medio de distancia entre una persona y otra en una extensa fila. Asimismo, han detenido el acaparamiento y la proliferación de coleros y revendedores ilegales.

Vacuna contra la COVID-19
(Foto: BioCubaFarma)

Mientras tanto, en Cuba se desarrollan cinco candidatos vacunales contra la COVID-19: Soberana 01, Soberana 02, Mambisa, Abdala y Soberana Plus; esfuerzos que despiertan interés dentro y fuera del paí­s por las expectativas que existen en todo el mundo en relación con la posibilidad de controlar la pandemia mediante la inmunización.

Ojalá las esperadas vacunas lleguen en el menor tiempo posible. Así­ muchos, como yo, dejaremos de estar en el confinamiento.

 

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