«Contagiarse de COVID-19 es una experiencia triste, tensa, que deja, sobre todo, secuelas psíquicas. Con pocos o muchos síntomas te vas y no sabes si vas a volver, ni con qué secuelas regresarás ».
Yoania Quintero Ramos, presidenta del Tribunal Municipal Popular de Ranchuelo, resultó positiva al coranavirus al quinto día de haber sido contacto de su hermana y su cuñado.

«Me llevaron para el hotel Rivierita, en Santa Clara. No presenté síntomas, solo congestión nasal y dolor ocular leves, y algún dolor de cabeza ocasional. Sin embargo, es característico en mí presentar este tipo de afecciones respiratorias, por procesos alérgicos fundamentalmente. Al día siguiente comencé el tratamiento con el Interferón y los retrovirales, que no me ocasionaron reacciones adversas. Y 48 horas después día de estar allí me hicieron un PCR que resultó negativo. Estuve tres días ingresada con una carga viral baja ».
La mayor satisfacción para Yoania fue comprobar que las personas con quienes mantuvo contacto, incluso sus hijos, que dormían a su lado, resultaron negativos a la COVID-19.
Mantiene una opinión firme sobre el personal médico que estuvo pendiente de su vida y su salud. Se siente inmensamente agradecida.
«Es una dedicación extrema, aun bajo el riesgo de contagiarse. Estaban al tanto de todo: los medicamentos, la alimentación, si te sentías mal, si presentabas síntomas diferentes ».
En cuanto a la política penal, aclara que todos aquellos que incumplan con las medidas higiénico-sanitarias serán tratados con rigor.
Luego de contar que la congestión nasal y los dolores oculares fueron síntomas que todavía permanecen, añadió :
«Hay casos peores. Mi hermana es más joven, tiene 25 años, ha tenido pérdida de memoria, caída del cabello y en un momento presentó dificultades en un oído ».
Sin duda, esta vivencia marcó su vida y la hace valorar la pandemia desde otra perspectiva.
«Fue una experiencia triste por lo que encierra la enfermedad propiamente, pero a la vez me siento alegre, porque creo que Cuba es el único país en el mundo que ha enfrentado la enfermedad de esta manera. Las personas no saben. Hay un alto nivel de indisciplina en la población. Es como que sabemos que está ahí, pero esperamos que no nos toque, que no nos contagiemos. Tenemos que cuidarnos, incluso, las personas que ya lo tuvimos porque podemos contagiarnos nuevamente.
«Hoy lo que puede detener el virus es un cumplimiento estricto de las medidas higiénico-sanitarias ».