José Braulio Alemán: periodista y general

En el aniversario 157 de su natalicio, ocurrido en Santa Clara el 26 de marzo de 1864.

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Vanguardia - Villa Clara - Cuba
José Braulio Alemán. (Foto: Archivo del autor)
Narciso Fernández Ramí­rez
Narciso Fernández Ramí­rez
@narfernandez
1467
25 Marzo 2021

Hoy, es casi un desconocido. Sin embargo, tuvo una vida dedicada por entero a la Patria y a servir a los demás; alcanzó el grado de general de brigada del Ejército Libertador y terminó su ejecutoria pública como secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes en el gobierno de Gerardo Machado.

Excelente periodista y polemista de agudo verbo, fue bautizado por el Generalí­simo Máximo Gómez como el «Sinsonte de Las Villas ».

Durante la Tregua Fecunda resultó el representante conspirativo de José Martí­ en la región central de Cuba y se levantó en armas contra el colonialismo español el 5 de septiembre de 1895.

Con el grado de coronel fue designado por Máximo Gómez subinspector general del Ejército Libertador, y en 1897 resultó nombrado secretario de la guerra en la Asamblea Constituyente de la Yaya.

Constituyente en 1901, se opuso a la Enmienda Platt. Fue gobernador de la provincia de Santa Clara, cargo al que renunció en 1906 al producirse la segunda ocupación militar norteamericana. Siendo senador de la República durante el gobierno de José Miguel Gómez (1909-1913), dictó leyes a favor del campesinado cubano.

Pasión por el periodismo

Nació José Braulio Cástulo Alemán Urquí­a en Santa Clara, el 26 de marzo de 1864, y fue bautizado en la Catedral Mayor el 7 de junio del propio año. En su certificación de bautismo consta que sus padres fueron Antonio Alemán Romero y Marí­a Urquí­a Espino, ambos naturales de Canarias. Oficiaron como padrinos doña Rosa Abreu y el señor Santiago Contreras.

 Con 33 años fue electo Secretario de Guerra en 1897  (Archivo del autor)
Con 33 años fue electo Secretario de Guerra en 1897. (Foto: Archivo del autor)

El joven santaclareño se graduó con notas brillantes de bachiller en Artes y Letras en La Habana y matriculó en la Universidad para estudiar la carrera de Derecho, pero pronto la dejarí­a para regresar a su ciudad natal y dedicarse por entero al periodismo.

Dueño de un verbo pródigo, gozaba del don de la polémica. En poco tiempo  su labor periodí­stica  tuvo reconocimiento en la ciudad, al igual que sus dotes para promover la cultura, tan escasa en esa época.

Manuel Garcí­a Garófalo, en una reseña de su vida aparecida en el diario La Publicidad, el 17 de enero de 1930, afirmaba: «Fundó en esta ciudad los periódicos de oposición y tendencias revolucionarias: El Horizonte, La Protesta y La Defensa, y en Cienfuegos La Tribuna. Esos periódicos fueron verdaderos látigos contra el despotismo, la tiraní­a y toda clase de injusticias y atropellos. Su pluma valiente no reconoció valladares y dio mucho que hacer en los Tribunales ».1

Por sus escritos moralizadores y patrióticos fue procesado varias veces y sufrió prisión otras cuantas. Igualmente, en su labor en función de la cultura presidió la sociedad La Tertulia, y entre 1890-1891 promovió un certamen cientí­fico-literario que gozó de gran aceptación.

Refiere un legajo existente en el Fondo Garófalo del Archivo Histórico Provincial de Villa Clara que en la parte cientí­fica se presentó un estudio geográfico, estadí­stico-administrativo de Santa Clara y otro del porvenir de la cultura del tabaco y el azúcar en Cuba. También un tercero sobre el acueducto de la ciudad. En tanto, en la parte literaria fue premiada una oda dedicada a Simón Bolí­var.2

Patriota Inmaculado

Sus ideales revolucionarios lo llevaron a conspirar contra el colonialismo español,  y fungió como el representante de José Martí­ en la región de Villaclara.

De su puño y letra son estas acotaciones: «Fui delegado del ciudadano José Martí­ para levantar el espí­ritu revolucionario en el pueblo de mi residencia. Por encargo del mismo hice violenta campaña contra la Junta Central del Partido Autonomista, de cuya Junta Provincial era Secretario, logrando quebrantarle su autoridad en Las Villas, desacreditándola en las elecciones del 92, arrastrando 35 comités, valiéndome una prisión y la persecución del Gobierno Español y los autonomistas que calificaron de revolucionaria mi labor ».3

 Caricatura de Alemán hecha por Conrado Massaguer (1926)  (Archivo del autor)
Caricatura de Alemán hecha por Conrado Massaguer (1926). (Foto: Archivo del autor)

El 5 de septiembre de 1895 se levantó en armas contra España, y de manera rápida asciende dentro de la jerarquí­a militar. El 13 de septiembre de 1895 lo nombran teniente coronel, jefe del Regimiento de Caballerí­a «Villaclara », y coronel el dí­a 15.

Meses después, el 10 de mayo de 1896, el Generalí­simo Máximo Gómez lo designa subinspector general del Ejército Libertador. El propio Gómez, en carta al mayor general Serafí­n Sánchez, inspector general, así­ lo hace saber: «Participo a usted haber nombrado al coronel José Alemán Urquí­a, sub-inspector del Ejército (…) que tal empleo queda a sus inmediatas órdenes. Las señaladas aptitudes del coronel Alemán, me permiten esperar de sus gestiones resultados favorables al mejor servicio ».4

El patriota santaclareño cumple con eficacia y celo sus responsabilidades, encaminadas a poner disciplina y orden dentro del Ejército: «Estoy altamente satisfecho de sus gestiones (...) Y espero que sin contemplaciones (…) perseverará en la campaña moralizadora que ha emprendido », le escribe el Generalí­simo.

Su prestigio se acrecienta dentro de las filas mambisas y por sus cualidades lo seleccionan delegado del 4.o Cuerpo del Ejército Libertador a la Asamblea Constituyente de la Yaya (1897).

Allí­ es designado secretario de la guerra del Consejo de Gobierno que preside Bartolomé Masó. Tiene José Braulio Alemán 33 años de edad.

Terminó la guerra con el grado de general de brigada, y con sus tropas entró en su ciudad natal el 31 de diciembre de 1898: «Nuestro querido amigo y antiguo compañero hoy general José Braulio Alemán, pronunció un soberbio y magistral discurso que el pueblo delirante no cesó de aplaudir. Después, hí­zose la entrada en la ciudad. ¡Qué espectáculo tan grandioso!5

Opositor a la intervención norteamericana

El santaclareño se cuenta entre los pocos cubanos que vieron el peligro real que entrañaba la intervención militar norteamericana en el conflicto contra España.

Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes (Archivo del autor)
Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes. (Foto: Archivo del autor)

El 10 de octubre de 1898, desde el Camagí¼ey hizo unas Declaraciones Polí­ticas al Pueblo Cubano que no por desconocidas hoy dejan de tener un gran valor historiográfico:

«Declaramos: que no acataremos ni reconocemos en Cuba otro Gobierno que el que la libre voluntad del pueblo cubano, por sufragio universal, se nos dé; sin que sugestiones antipatrióticas, ni reflexiones de otra í­ndole, ni consideraciones de ninguna clase, puedan hacernos cambiar de parecer.

«Conceptuamos innecesaria la intervención armada extranjera, cuando se realizó, por cuanto los cubanos solos (…) podí­amos, aunque en más largo plazo, haber hecho nuestra independencia; como consideramos innecesario (…) el alarde de fuerza, inexplicable, ocupando el territorio con 50 000 hombres.

«No titubeamos en señalar que el no reconocimiento por parte del Gobierno de los Estados Unidos de Norte América, de la representación legal   del pueblo cubano en armas, constituye un desaire.

«Declaramos: que prestaremos todas las fuerzas de nuestras energí­as, el concurso de nuestra modesta inteligencia, al mantenimiento í­ntegro de los derechos del pueblo de Cuba a ser libre y soberano, a darse su Gobierno propio, y a regir por sí­ sus destinos.

«Y en esta declaración consignamos: que el pueblo de Cuba tiene condiciones para gobernarse por sí­, sin injerencias de poder extrañas para conservar una paz sólida y duradera, haciendo prosperar la Nación y labrando la felicidad de sus súbditos.

«Declaramos, jurándolo por nuestro honor, en recuerdo del apóstol Martí­, del gran Maceo, brazo y nervio de la guerra, y de todos nuestros compañeros muertos, que así­ como no mendigábamos la libertad, sino tratábamos de conquistarla con nuestros machetes, así­, también por nuestra Independencia total y absoluta, estamos dispuestos si nos viéramos traicionados, que no lo seremos a cumplir con el lema que escribimos en nuestra bandera: “Independencia o Muerte”. Lema contra España, lema contra el mundo entero, antes de ser nuevamente esclavos.

«Con España, con ninguna otra Nación, nada que nos esclavice: ¡Cuba libre, soberana e independiente, o hundirse con nosotros en el caos y en la desesperación! Que vida sin libertad Hes la muerte, y la muerte por aquella es preferible a la esclavitud ».6

Honesta actuación en la República

José Braulio Alemás fue consecuente con su pensamiento antinjerencista y su honradez a toda prueba. Fue representante a la Asamblea Constituyente de 1901 y estuvo entre los que se opusieron a la aprobación de la Enmienda Platt.

Secuencia de momentos de su vida y sepelio. (Archivo del autor)
Secuencia de momentos de su vida y sepelio. (Foto: Archivo del autor)

Electo gobernador de la provincia de Santa Clara en 1906, renunció al cargo al producirse la segunda intervención militar norteamericana en la Isla, y se exilió con su familia en México.

Senador de la República durante el gobierno de José Miguel Gómez, presentó varios proyectos de leyes de suma importancia. El periodista santaclareño Manuel Garcí­a Garófalo refiere: «Ningún polí­tico en esta provincia ha tenido el arrastre, la popularidad y simpatí­a que poseyó el general Alemán, sobre todo en el campo, donde cada guajiro le seguí­a ciegamente, dominado por su verbo tribunicio que electrizaba ».7

En 1925 ejerció como embajador de Cuba en México, y desde 1926 hasta su fallecimiento el 15 de enero de 1930 ocupó el cargo de secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes.

En dicha responsabilidad creó las escuelas primarias superiores, las escuelas vocacionales, las escuelas de tipo rural, el Museo Nacional de Historia Natural, el Museo Histórico José Martí­, las escuelas elementales y superiores de Comercio y las escuelas industriales.

La Academia Nacional de Ciencias Económicas, Polí­ticas y Sociales lo proclamó su presidente, y a él se deben también los dispensarios de higiene escolar.  

Nunca comulgó con el robo ni la corrupción. Al fallecer a los 66 años se le rindieron honores de mayor general, y las manifestaciones de duelo popular reconocieron una vida dedicada por entero a Cuba, sin más recompensa que el sacrificio de servirla.

Una calle de Santa Clara lleva el apellido del ilustre patriota.

REFERENCIAS

1 Manuel Garcí­a Garófalo. «Vida y obra de José Braulio Alemán », en La Publicidad, 17 de enero de 1930.

2 Fondo Garófalo, Archivo Histórico Provincial de Villa Clara.

3 Fondo José Braulio Alemán, Archivo Histórico Provincial Villa Clara, Expediente 4.

4 Máximo Gómez, carta al coronel Alemán, manuscrito inédito. Fondo José Braulio Alemán, Archivo Histórico Provincial de Villa Clara.

5 Expediente 573, Legajo 11: Entrada triunfal a Santa Clara, El Nacional, órgano oficial de la Brigada Villaclara, 1.o de enero de 1899.

6 José Braulio Alemán. Declaraciones Polí­ticas al Pueblo Cubano, 10 de octubre de 1898. Fondo José Braulio Alemán, Archivo Histórico Provincial de Villa Clara, Expediente 419.

7 Manuel Garcí­a Garófalo. «Vida y obra de José Braulio Alemán », en La Publicidad, 17 de enero de 1930.

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