Los amores infinitos de Guedes Pérez

El operador de combinadas, condecorado con el tí­tulo honorí­fico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba durante 2020, confiesa que le falta mucho por entregarle a la vida. 

Compartir

Vanguardia - Villa Clara - Cuba
Desde lo alto de su combinada que le ha permitido participar en más de 30 zafras azucareras con la condición de millonario en 12 de ellas. (Foto: Ramón Barreras Valdés)
Ricardo R. González
Ricardo R. González
@riciber91
2672
01 Mayo 2021

Los ardientes rayos solares traspasan, sobremanera, su overol azul cuando se hacen sentir sobre el campo a punto de un agónico mediodí­a. Bien lo sabe Juan Gualberto Guedes Pérez, el hombre que ha forjado su disciplina en los cañaverales, a pesar de recibir en esta época los embates del verano, y las picadas de la santanica y la pica pica presentes en las plantaciones cañeras.

Ello no le importa, y también confiesa que no es un supermán para escapar del cansancio, máxime cuando el motor de su inseparable KTP-2 se calienta y lo agota, independientemente de subir y bajar varias veces esa mole amarilla de hierro, que demanda vitalidad en su ascenso debido a la altura del equipo.

Llegar hasta él nos impuso vencer un terraplén de unos 10 km desde la Autopista ranchuelera hasta penetrar bien adentro en la zona de Rosalí­a, perteneciente a la UBPC Jesús Menéndez, del central Ifraí­n Alfonso. Gracias a la destreza de Carlos Cabrera Carrazana, timón en mano, se pudo allanar lo que parecí­a una travesí­a interminable.

Allí­ estaba el hombre, el condecorado con el tí­tulo honorí­fico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba en 2020, junto a su pelotón de corte mecanizado, integrado por 18 compañeros.

El pelotón que conoce de dichas y contratiempos en plena contienda. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

No es muy conversador porque prefiere la acción por encima de la palabra, pero tampoco niega su gusto marcado por el café, la condición de fumador vitalicio al devorar más de una cajetilla al dí­a y de darse un traguito de ron cuando aparece; mas siempre en su casa.

Juan Gualberto es un villaclareño adoptado. En realidad nació en Cayo La Rosa, municipio de Bauta, en la actual provincia de Artemisa. Allí­ recibió las primeras nociones estudiantiles hasta que en octavo grado decidió incorporarse al trabajo en la textilera Ariguanabo, como fuente mayoritaria de empleo para los residentes en aquella demarcación.

«Era batanero, en función de convertir el algodón en hilo; aunque me aprendí­ el taller completo y cubrí­a cualquier plaza. Luego cumplí­ el Servicio Militar Obligatorio en la República Popular de Angola, y a mi llegada, regresé al centro para totalizar unos tres años de labor ».

El ví­nculo con Villa Clara, ¿necesario o casual?

En 1983, quien es actualmente mi esposa, viajó a Bauta porque su hermana recién casada viví­a allá y le pidió que pasara una temporada. Nos conocimos, yo vení­a algunas veces al batey del «Ifraí­n Alfonso », hasta que nos casamos y decidí­ quedarme aquí­.

¿De una textilera a un central?

«Quien no sienta y ame su trabajo, nunca triunfará en la vida », precisa quien se inició como operador de combinadas en la zafra 1985-86 en áreas de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC), número 1, Alberto Villafaña, del central Ifraí­n Alfonso. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Mi primer oficio fue de noviero (operario de la llamada novia o equipo de mantenimiento de las combinadas) en la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) número 1 Alberto Villafaña, perteneciente al ingenio ranchuelero Ifraí­n Alfonso. Al concluir la contienda1983-84 ingresé en la Escuela de Mecanización Agrí­cola, en Caibarién, y me gradué de Técnico agrónomo en la caña de azúcar. Ello me abrió las puertas para cursar la enseñanza de las combinadas en tiempos de no zafra. Estuve dos años, y ya en el tercero empecé a operar el equipo en la contienda 1985-86

Las KPT-2 rebasan las dos décadas de explotación. ¿Puede hablarse de dolores de cabeza en estos años?

Verdaderamente complejo, siempre hay problemas. En estos dí­as se le reventó la manguera de petróleo y llegamos a casa pasadas las 8:30 de la noche; pero también te tiene en jaque la cadena del transportador, los segmentos de corte, el estado de los filtros de aceite y la bomba hidráulica, sin dejar de mencionar la actual falta de combustible, por solo mencionarte algunos.

¿Y aparece la faceta de innovador?

Son más bien prácticas necesarias, a fin de solucionar los múltiples problemas que se presentan y debes resolverlos casi de inmediato.

¿Es cierto que quiere tanto a la KTP-2 como a su esposa?

Son amores diferentes (una sonrisa asoma). La mejor prueba es que vine de Bauta para acá, aunque todo lo que tengo se lo debo al equipo. Soy tremendamente cuidadoso, incluso, no me gusta compartirlo; no obstante, ya hay un muchacho al que a veces se lo entrego por sus propias caracterí­sticas. Los años van pasando, uno tiene necesidad de ir a algún lugar y el trabajo no se puede detener; pero ese dí­a en que tuve que ceder un poco se lleva en el alma.

¿Concluye la jornada diaria y todo termina allí­?

Antes de retirarnos hacemos limpieza general. Nuestro pelotón se caracteriza por eso. No dejamos nada para el dí­a siguiente y realizamos todos los procederes independientemente de la hora que sea.

¿Cómo es cada despertar en su vida?

Ahora llegamos al campo a las 6:00 de la mañana; normalmente hay que levantarse a las 4:00 de la madrugada para estar listo en el momento en que pasen a recogernos. Cuando hay mucha hierba debe esperarse a que seque el rocí­o y no afectar la máquina, por lo que se sabe a qué hora llegamos al campo, pero nunca la del regreso a casa.

Junto a Yandi González, el joven de 30 años que debe levantarse todos los dí­as antes de las 4:00 de la madrugada para dejar a los integrantes del pelotón en su área de corte mecanizado. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Disciplina, ¿caracterí­stica vital?

Al empezar en los trajines de la zafra yo no me acordaba si era sábado o domingo. A veces me preguntaban: « ¿Qué dí­a es hoy? », y respondí­a: «No sé ». Uno tiene que forjar la disciplina y olvidar ciertas cosas. Ahora la contienda se comporta diferente; antes se comenzaba a las dos o las tres de la madrugada. Eran las nueve de la noche, y si al ingenio le faltaba caña habí­a que seguir en una zafra de sol a sol.

Siempre se dice que las distinciones no son esperadas. Héroe del Trabajo de la República de Cuba, ¿qué significación personal tiene?

Primero fueron las órdenes Lázaro Peña en sus diferentes grados; luego, pasaron unos años y ni imaginaba remotamente merecer este honor hasta que me lo comunicaron. El dí­a de la entrega siempre traté de mantener mi disciplina en un espacio tan solemne, sin sentirme atado. Fue Miguel Dí­az-Canel quien me impuso el tí­tulo y me transmitió mucha seguridad; me colocó la mano en el hombro y compartí­ la dicha con valiosas personalidades del paí­s.

Momento en que recibe el tí­tulo honorí­fico de Héroe de la República de Cuba. (Foto: José Raúl Rodrí­guez Robleda)

Dianelys Dí­az íguila, secretaria general del Sindicato Azucarero en Villa Clara, y Omar León Palleiro, presidente de la UBPC Jesús Menéndez, donde corta caña en la actualidad, lo definen como un hombre sin lí­mites para el trabajo e í­ntegro con su familia. ¿Qué lugar ocupa esta en su vida?

Lo es todo. Yo estoy en funciones de zafra, cuatro o cinco meses, y mi familia se encarga de la retaguardia. Sin ella no serí­a nadie. Quisiera tener siempre cerca a mi esposa, mis dos hijas y tres nietos. A veces cuando termino temprano voy a ver a la más chiquita, que se mudó, pero vive muy cerca.

¿El dí­a que no quisiera recordar?

El de la pérdida de mis padres (hace silencio). Y en la vida laboral, esos en que se me rompe el equipo, aunque siempre al llegar de noche a la casa pienso que voy a tener un buen dí­a a la mañana siguiente, a pesar de que en ocasiones resulte a la inversa.

El nombre de Irma, ¿le recuerda algo?

El huracán que nos azotó en 2017, el más fuerte en la cuenca atlántica desde 2005. Después de proteger la vida contribuimos a la recuperación de los damnificados en el barrio. Habí­a que atender las vulnerabilidades de la Zona de Defensa, así­ como la recuperación de las viviendas y la recogida de escombros.  

¿En qué se enfrasca el pelotón cuando la zafra finaliza?

Damos un aporte a la siembra de caña, y el otro periodo es de recuperación de la maquinaria. Hay que desarmarla completa y volverla a armar en la próxima contienda. Es la etapa que se utiliza para soldar por aquí­, empatar por allá, ante los inconvenientes que presentan por el paso del tiempo, junto a otros procederes necesarios porque de lo contrario no cortas caña.

Si tuviera la posibilidad de transformar algunas cosas de la realidad cubana, ¿cuáles modificarí­a?

Muchas de las mal hechas que se ven y me molestan, como los elevados precios generalizados en los productos, el irrespeto a los consumidores, las indisciplinas de las personas, el bloqueo cada vez más severo y la falta de calidad en muchos renglones, porque quisiera a mi Cuba como lo era hace unos años atrás.

¿Su deseo añorado?

Solo uno. Seguir con fuerzas para continuar trabajando. Ya mi familia está consolidada, tengo mi casa… ¿Qué más puedo pedir?

Próximo al Primero de Mayo el héroe cubano manifiesta toda su devoción por la patria. Esa inmensa que la lleva en el alma y se incluye entre los amores infinitos de Guedes Pérez.

PRINCIPALES DISTINCIONES Y MÉRITOS

Orden Lázaro Peña de III Grado (2001).

Orden Lázaro Peña II Grado (2011).

Orden Lázaro Peña I Grado (2016).

Medalla Jesús Menéndez (2002).

Medalla 60 Aniversario de las FAR (2017).

Medalla por la Victoria de Cuba en Angola (1990).

Medalla de Combatiente Internacionalista (1983).

Vanguardia Nacional por cerca de 15 años consecutivos.

Trabajador destacado en su UBPC y UEB a nivel nacional y provincial.

Militante del PCC desde 1987.

Comentar