
Al buen entendedor le basta con mirar un producto del agro en cualquier tarima para desentrañar los secretos del campo: el color y la fertilidad del suelo, la variedad del cultivo, la calidad de la semilla, los adelantos o atrasos de la cosecha, la sanidad o los estragos de alguna plaga, la maduración natural o acelerada y el deterioro causado por los intermediarios.
Quienes llevan consigo un pedacito de surco sentirán en carne propia el sudor que se une como abono natural a la tierra, el sol implacable, la lluvia caprichosa, la urgencia de aumentar la productividad con un mínimo de insumos, los atrasos e incumplimientos de los pagos y otros muchos pesos sobre los hombros del campesino.

¿Quién se atreve a dudar del protagonismo del sector en la producción de alimentos en Cuba? Un informe, emitido en junio de 2020 por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), expone que durante el 2019 los productores privados y los asociados a UBPC, CPA y CCS cosecharon, como promedio, el 84.8 % de las viandas, hortalizas, cereales, frijoles y frutas del país. En Villa Clara la cifra alcanzó el 87.5 %.
Con la puesta en marcha de la Tarea Ordenamiento y la drástica devaluación del peso cubano se agudizaron los dolores que aquejaban a la Agricultura desde hace años, y surgieron otros tan molestos como los anteriores.
Pero no sería justo ignorar los esfuerzos del Gobierno cubano para aliviar el impacto de algunas medidas sobre los hombres y mujeres del campo. Intentar desenredar la madeja de cuánto falta por hacer en tan pocas líneas nos dejaría como gotas de rocío sobre la hierba. De ahí que nos centremos en las recientes modificaciones de las tarifas eléctricas, incluidas en la Gaceta Oficial N. º 26 Extraordinaria, del pasado 13 de abril.
Héctor Hugo Esperón Rodríguez, especialista principal del sector no residencial en la Empresa Eléctrica de Villa Clara, informó a Vanguardia que más de 1260 productores villaclareños serán beneficiados con la aplicación retroactiva de la medida desde el mes de enero de 2021.
Los campesinos con un solo metro contador para su vivienda y el área productiva no volverán a ver los costos de energía disparados a causa del importe progresivo establecido para el sector residencial. Ahora se acogerán a la tarifa B-6, aplicada a los trabajadores por cuenta propia, con un valor fijo de $ 3.12 a partir de los 250 kWh.
A los clientes que poseen metro contador independiente de la vivienda se les aplicarán las tarifas M3-A de un registro de energía o M3-B de tres registros, según corresponda. Para la primera el precio promedio total será de $ 1.808 por kWh, y disminuye la facturación en un 28.5 %. La segunda también reduce los importes de los tres horarios (día, pico y madrugada), para un ahorro del 25.6 %.
Para estimular el traslado de la demanda energética fuera del horario pico, la Resolución 66/2021 del Ministerio de Finanzas y Precios alerta sobre la penalización con el cobro del doble por cada kWh consumido si se detecta el uso de bombas de regadío y otros equipos entre las 5:00 p.m. y las 9:00 p.m. En el caso de la M3-B se permite, excepcionalmente, el consumo mensual de hasta 200 kWh en ese horario.
Los productores dispondrán de un mes para redistribuir la carga de sus equipos, y si les resulta imposible ajustarse al límite de consumo en la hora pico, se mantendrán con la tasa anterior (M1-A).
El pago de las facturas se podrá realizar mediante los canales electrónicos Transfermóvil, EnZona y Telebanca; en las sucursales bancarias o en las oficinas comerciales de Correos y en la Empresa Eléctrica de cada municipio.
Ahora bien, el proceso de contratación y recontratación del servicio eléctrico no puede detener la actividad de la tierra ni añadir otro dolor de cabeza a quienes la cultivan. Corresponde a las cooperativas y a la Empresa Eléctrica brindar orientación oportuna, evitar reuniones tediosas e innecesarias, agilizar los trámites y reembolsar cuanto antes el monto correspondiente.
Aunque la medida suma otro subsidio millonario al presupuesto del Estado, contribuye a disminuir los costos de los verdaderos productores de alimentos, estimular el desarrollo del sector agropecuario en Cuba, reducir las importaciones para satisfacer la demanda interna y eliminar el preocupante vacío en los mercados. ¡Bienvenidos este y todos los reajustes!