Un detalle bien recibido

En este Dí­a de las Madres, el Consejo de Defensa Provincial llegó a los hogares de varias mujeres relacionadas con la lucha armada en nuestro paí­s.

Compartir

Mayelín Díaz Rodríguez, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas en Villla Clara.
«Celia sigue siendo el corazón de este pueblo», dijo la secretaria general de la FMC en Villa Clara, Mayelín Díaz Rodríguez, en breve homenaje realizado en el consejo popular Bengochea. (Foto: Andy Rodríguez Sánchez)
Andy Rodrí­guez Sánchez
1117
09 Mayo 2021

En la agenda de trabajo del Consejo de Defensa Provincial (CDP) bien compleja desde que comenzara en Villa Clara la incidencia del COVID-19 existió este domingo un espacio para dedicarlo a las madres. No fue un dí­a común.

Despojados de la tensión que usualmente caracteriza sus jornadas de trabajo, los principales dirigentes del CDP, junto a representantes de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC), aprovecharon este segundo domingo de mayo, Dí­a de las Madres, para visitar a mujeres cuyos familiares estuvieron relacionadas con la lucha armada.

Pudiera pensarse aquí­ en actos protocolares o frí­volos recorridos, pero cada intercambio estuvo bien lejos de eso. Y mucho lo agradecieron las madres visitadas.

El solo hecho de no olvidar lo que sus familiares hicieron por el paí­s o que no pase por alto un dí­a especial ya resulta suficiente para que el detalle sea bien recibido. Pero en este especí­fico momento, el valor de una visita, luego de tanto aislamiento y soledad, cobra un sentido aún mayor. Por otra parte, cada dirigente tuvo la oportunidad de charlar, tomar café, hacer una pausa para compartir momentos de sensibilidad que las tareas de rigor a veces no permiten.

Yudí­ Rodrí­guez Hernández, presidenta del CDP, llegó junto a Dilkis Ponce Expósito, al frente del Consejo de Defensa Municipal en Santa Clara, y de Juan Alberto Machado González, al frente de la ACRC en Villa Clara, al consejo popular Camilo Cienfuegos (conocido como Pastorita) para intercambiar con los familiares de Juan Francisco Aro, una de las ví­ctimas de las explosiones del vapor La Coubre, el 4 de marzo de 1960.

Allí­, en uno de sus sillones, Grisel Aro Cabrera, su hija, recordó episodios de la trayectoria de su padre: en la clandestinidad en Vega Alta o en la columna de Camilo. También tuvo tiempo para desempolvar algunas fotos y recordar la belleza fí­sica de Juan Francisco y de su madre Roselia Cabrera Llano, a quien los invitados pudieron ver con más de 90 años.

«Es el mejor homenaje que podemos hacerles hoy a nuestros combatientes dijo Yudí­ Rodrí­guez Hernández en medio de la charla con Grisel, además de poder compartir contigo que, a la vez, eres madre ».

En medio de un entretenido diálogo sobre la genealogí­a de los Cabrera y la calidad del retrato en la mitad del siglo pasado transcurrió la mañana en casa de Grisel. Temas similares trataron, seguramente, Alberto López Dí­az y Osnay Miguel Colina, miembros del CDP que llegaron a otros hogares con intereses similares, luego de dedicar unos minutos a rendir homenaje a Celia Sánchez Manduley en el aniversario de su nacimiento este 9 de mayo.

Si parecieran gestos menores, solo habrí­a que escuchar a Grisel para entender lo contrario: «Es un dí­a muy especial para mí­ porque aún tengo a mi madre con vida. Fue un momento para recordar su juventud con historias y fotos. Agradezco mucho la visita ».

Comentar