
Volteó la cabeza como instinto humano para tratar de aliviar la sugestión de un pinchazo; sin embargo, Cristina Astengo Romero, sicóloga que presta servicios en la institución, confesó que ni sintió la acción de la aguja cuando penetró en la piel.
Pocos segundos después habló sobre esta intervención sanitaria considerada, en lo personal, como un hecho maravilloso generado por el país gracias a su comunidad científica.
«Me siento muy tranquila y confiada en los resultados, a la ciencia cubana hay que respetarla, admirarla por sus propios empeños y logros, por lo que esperaré las próximas dosis ».
Si tuviera que catalogar el accionar de los científicos la especialista le otorgaría la condición de héroes. «Pensemos en tantas horas de insomnio, en cuántas preocupaciones se desataron a raíz de la investigación, de cuántas hipótesis iniciales quedaron en el camino y exigieron un nuevo comienzo, en fin, un sacrificio alejado de un bien personal, de ganar glorias individuales, a fin de que todo revierta en beneficio de la humanidad ».
A punto de abandonar el vacunatorio Cristina Astengo subrayó algo medular: «Es lo que se espera de los científicos cubanos con este impacto y todos los que están por venir ».
En el tercer día de aplicación del candidato vacunal Abdala, en la provincia se habían favorecido más de 11 830 trabajadores de la Salud en activo y estudiantes de la Universidad Médica, mediante los 48 sitios clínicos y 76 puntos de vacunación habilitados en los 13 municipios.