
La refinería Chiquitico Fabregat, en Zulueta, completó el sábado en la noche su compromiso de producción, ascendente a 15 000 toneladas métricas de azúcar blanca, y se convirtió en la primera, de las tres existentes en Villa Clara, en alcanzar el volumen propuesto con excelentes índices de eficiencia industrial a partir del empleo de biomasa (bagazo y paja de caña) y cero consumo de petróleo.

La planta constituye la segunda del país, después de Ecuador, Ciego de ívila, en conseguir ese resultado, y trasciende en el propósito los suministros estables de azúcar crudo y biomasa enviados por los ingenios Heriberto Duquesne (Remedios) y José María Pérez (Camajuaní), los abastecedores fundamentales de los insumos consumidos durante la contienda, dijo a Vanguardia Yordan Chávez Roque, director de la Unidad Empresarial de Base (UEB) de Derivados.
Del monto terminado emplean unas 4500 t para los procesos de glucosa y de siropes (fructuosa, refinado, saborizado), así como de acabados de raspaduras y dulces en almíbar, mientras el resto de refino garantiza parte de la canasta básica de la población residente en Cienfuegos, Sancti Spíritus y Villa Clara.

Chávez Roque precisó, de acuerdo con aspiraciones de los refinadores, que continuarán en funcionamiento hasta que culminen las operaciones en el ingenio José María Pérez, antiguo Fe, entidad que hasta la fecha envió a la fábrica zulueteña unas 5690 toneladas de crudo y 21 230 t de bagazo.
De los índices de eficiencia industrial destacó los parámetros positivos en el consumo de azúcar crudo, así como del gasto de 3 toneladas de biomasa para fabricar 8,7 t de refino durante una hora de trabajo continuo. La cifra resultante, añadió José Jesús García González, energético, confirma que solo emplean 43 litros de diesel por concepto de transportación de insumos.
También resaltó Chávez Roque que otros derivados (glucosa, siropes, hielo, raspadura, melado de caña, vinagre y puré de tomate), muestran comportamientos favorables, y al cierre de abril por ventas contratadas consiguen unos 12 000 000 de pesos de ganancia.
Esas producciones, luego de concluir las labores de refinado, extenderán en ciclos ininterrumpidos a partir de una caldera de vapor que consume madera adquirida en zonas cercanas a Zulueta, lo cual disminuye los costos de fabricación y facilita el autoabastecimiento eléctrico de las pequeñas fábricas internas de derivados.
Chávez Roque encomió los mercados seguros que tienen en esos terminados, entre los que destaca la glucosa, un renglón que destinan a una planta de Camagí¼ey en la cual se obtiene el sorbitol utilizado por la industria nacional para fabricar medicinas, cosméticos y pasta dental, en lo esencial.

En pequeña área de glucosa, con más de 30 años de existencia, prevén inversiones en filtros de cristalización y montaje de otra centrífuga con el propósito de elevar la capacidad de elaboración en unas 850 t anuales.
A partir de esa materia prima extraen los diferentes tipos de siropes, derivados con índices de eficiencia industrial que en los últimos años ganan confiabilidad en la aceptación de los consumidores.
En «Chiquitico Fabregat », la industria más diversificada del sector en Villa Clara y única de su tipo en el país que no emplea petróleo en la fabricación, incursionarán en la elaboración de mermelada de mango y de guayaba, y raspaduras, al tiempo que continuarán con las entregas de hielo y vinagre, dijo Chávez Roque.

La refinación y la hechura de otros derivados se afectó por inestabilidades de suministros de azúcar crudo y biomasa, originados por déficit de combustibles en los ingenios, así como de estrictas medidas higiénico-sanitarias en el enfrentamiento de la COVID-19, pero ya el compromiso fundamental de producción quedó saldado y harán un excedente, otras 500 t, para rematar las planificaciones de surtidos concertadas durante el año.