
El muchacho volvió a los predios campesinos, y decidió quedarse para siempre en la comunidad que antes reconoció de niño. Cambió la confortable oficina, tal vez refrigerada dada su profesión de informático, para desandar palmos de tierra.
Dice que su vida está allí, entre guajiros. Así asumió, primero, la misión de técnico integral de la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Julio Casales, en Quemado de Gí¼ines, y después presidente de esa organización de base, una de las más diversificadas de la provincia y con probados rendimientos cañeros por área en cosecha.

Con 34 años de edad, Yoany Perdomo Ledón no piensa en las limitaciones de aseguramiento para el fomento de cañaverales, de cultivos varios y la crianza de ganado. Graduado hace poco del Centro de Capacitación Ramal y Superación Técnica, perteneciente al Grupo Empresarial AzCuba, dirige los destinos de su cooperativa, con 80 campesinos como fuerza fundamental para acometer acciones productivas, entre los cuales el 25 % de los integrantes son jóvenes.
En 1978 surgió la «Julio Casales », dedicada en sus inicios al cultivo de la caña de azúcar para abastecer los trapiches del ingenio Panchito Gómez Toro, de la localidad. Tuvo entonces una superficie que apenas rebasaba las 93 hectáreas y solo 16 socios, apuntó Perdomo Ledón.
«Ya superamos las 1548.18 ha, y de esa cifra dedicamos 563.45 al fomento de cañaverales a partir de campos entregados en usufructo, entre las que aparece un 27.1 % del área antes infestada con marabú. El esfuerzo de los campesinos para dejar la tierra libre de malezas y piedras, con el propósito de plantar la gramínea resultó descomunal. Imagínese, aquí no hay riego de agua a pesar de estar rodeados por la presa Alacranes y contar, además, con pozos que favorecerían las siembras y los rendimientos. O sea, todo es secano, como también ocurre en el desarrollo de la ganadería bovina, los cultivos varios, los frutales y el fomento forestal », apuntó.
Otras 130 ha, antes patrimonio de la Agricultura, ubicadas en cercanías del asentamiento rural de Malpáez, en Sagua la Grande, serán desmontadas de marabú pesado con la finalidad de incorporarlas al patrimonio cañero de la «Julio Casales », una de las cooperativas cubanas con más elevados rendimientos agrícolas en cepas, con un ciclo vegetativo de cinco o más cortes y siete años de existencia.

¿Cómo logran esos resultados?
¡Con disciplina!; ¡sí, con disciplina agrícola! en las atenciones culturales a las plantaciones, hasta encontrar lo que lleva cada campo, sin derroches de insumos porque, en realidad, tenemos idénticas carencias materiales que otros territorios del país. Cuanta menos hierba, más caña. La planta no habla, y solo necesita que la atiendan bien para fructificar con frutos deseados. De ahí los rendimientos que obtuvimos en 2016-2017 superiores a las 70.9 t/ha. Después hubo al siguiente año un descenso, pero a partir de entonces retomamos las sendas de los incrementos, y ya superamos las 53 t/ha, y jamás pararemos en subir las cifras. Al campo y las plantaciones lo que llevan; no hay otra manera, afirmó.
Recorrer el cañaveral
Durante la actual zafra estimaron cortar 344 ha, con un rendimiento de 42.64 t/ha. Eso generaría unas 14 668.93 toneladas. Sin embargo, creció en masa neta enviada al ingenio, y el rendimiento tocó unas 53.36 ton/ha. Las pérdidas en cosecha fueron mínimas con igual índice de materias extrañas.
A pesar de los resultados en contiendas venideras, velarán por mejorar las estrategias de corte mecanizado a partir de la composición de cepas y variedades más azucareras, y aumentar la calidad de las entregas para conseguir precios más elevados, resaltó Perdomo Ledón.

Cierto es que el importe por tonelada promedió los 440.00 pesos, pero los hombres no están contentos, justo allí en campos en los cuales no abundan malas hierbas y el pelotón de combinada y tiro de caña alcanzó la condición de Millonario, primero de su tipo en la provincia en conquistar esa categoría. «Constituye la reedición de un mérito obtenido durante sucesivos años, y un premio al esfuerzo colectivo », aclaró.
La zafra y los compromisos del corte se acaban, pero simultáneo «aceleramos la campaña de siembra en los períodos de frío y primavera. Unas 60.01 ha, de las 63.39 contempladas en el programa de desarrollo, están surcadas en espera de recibir las semillas, y contamos con fuerza, medios y motivaciones para emprender esa tarea sin abandonar las atenciones culturales y la diversificación agropecuaria en la producción de alimentos », acotó.
La Tarea Ordenamiento, junto a la urgencia de afianzar en Quemado de Gí¼ines el autoabastecimiento municipal territorio que trasciende por sus resultados, reclama del concurso de todos para extender las áreas cañeras, con el propósito de llegar a 2030 con unas 30 000 t destinadas al ingenio.
En tal sentido laboran en las composiciones de variedades y cepas en los campos en fomento y otras superficies que adicionarán al cultivo. La cooperativa, desde su fundación, adquiere solvencia económica y no tiene necesidad de créditos bancarios para emprender otras labores agropecuarias. Con cuentas por pagar y cobrar en término, la «Julio Casales », ejemplo de eficiencia agropecuaria, registra ingresos totales superiores a los 9 135 500 pesos, y el 78.8 % de esos resultados corresponde a la caña.
De utilidad, precisó Perdomo Ledón, tienen 5 796 200 pesos. El anticipo promedio por cooperativista llega a los 4559.19 pesos, monto que evidencia las acertadas acciones en la vinculación del hombre a las áreas productivas y los aportes por cosechas durante el pasado año.
Arranques alimenticios
La caña «representa los cimientos históricos, y los consolidamos con logros productivos. A todo se adiciona lo obtenido en la ganadería bovina, con entregas de leche y carne, así como en los cultivos varios. Hoy somos una organización diversificada, tal como pueden serlo otras cooperativas a partir de las energías mancomunadas de todos los socios », precisó. Con unas 821.6 ha dedicadas a la explotación ganadera, así como el Programa Sierra Maestra para intensificar con siembras de plantas proteicas, el pasado año entregaron unos 22 000 litros a la industria.

Al término de abril enviaron a las pasteurizadoras villaclareñas 4547 litros, y el índice por hembra en ordeño llegó a 3.4, a pesar de la sequía imperante que deja sin pastos naturales los acuartonamientos. La reproducción, la tasa de natalidad, así como la salud animal son requisitos indispensables para mostrar resultados en ascenso.
Ahí «está la importancia de pensar en todo para no tener pérdidas », afirmó el presidente de la Cooperativa de Quemado de Gí¼ines, quien, además, junto a los socios, impulsa el desarrollo del módulo pecuario, con cotos para crías de cerdos, así como el fomento de siembras de cultivos varios.
Hoy también son abanderados allí de los logros de la ciencia y la técnica, del asesoramiento para la introducción de nuevas variedades de caña y viandas, granos y vegetales, patrimonio de alimentos que apuntala la venta a asociados, habitantes de comunidades cercanas y también al autoabastecimiento municipal.

En sitios en los cuales falta el tractor por carencias de combustibles y piezas de repuesto, aparece una yunta de bueyes segura para asistir las plantaciones. La guataca y el colectivo campesino se empeñan en sacar a la tierra mayores solvencias productivas. Ese, dice el joven, representa un «premio al esfuerzo » que despliegan los apegados al surco y sus cultivos para diversificar la agricultura y conseguir mayores aportes económicos.
No importa que, por desgracia, «siempre estamos pendientes de la lluvia que cae sobre suelos de secano. Lo importante es ubicarse allí, junto a las plantaciones, con mirada centelleante », afirmó.