En busca de la leche y la carne que da la vaca

Liberar la venta de leche y de carne una vez cumplidos los compromisos estatales y los demás requisitos, ha  elevado el entusiasmo de los ganaderos y a futuro debe detener el declive de la masa ganadera.

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Vaca y ternero.
(Foto: Carlos Rodríguez Torres)
Narciso Fernández Ramí­rez
Narciso Fernández Ramí­rez
@narfernandez
2991
22 Mayo 2021

Confiamos en nuestros productores; en nuestra empresa estatal, que se tiene que fortalecer; en el sector cooperativo y en nuestro campesinado.

Miguel Dí­az-Canel Bermúdez, 13 de abril de 2021, en encuentro con productores  

La posibilidad de vender leche liberada y sus derivados, así­ como carne de ganado mayor y menor, una vez cumplido el encargo estatal, ha despertado una expectativa tremenda entre la población, pues se trata de una decisión inédita en la historia de la Revolución y reclamada desde hace muchos años.Dada a conocer, junto a otras 63 medidas, para estimular el desarrollo de las fuerzas productivas en la agricultura, la autorización toca la fibra del campesinado y prueba la voluntad del Estado de escuchar los reclamos de quienes viven pegados al surco y aseguran la alimentación del pueblo. A la vez, soluciona insatisfacciones iniciales derivadas de la aplicación de la Tarea Ordenamiento.

Sin embargo, no se trata de la varita mágica que resolverá, de golpe y porrazo, los problemas acumulados en nuestros campos, porque existen aún trabas, incomprensiones y problemas estructurales que limitan su alcance, por lo que se precisa tiempo para poder reordenar y detener el declive de la ganaderí­a cubana.

Traslado de ganado.
(Foto: Carlos Rodrí­guez Torres)

En lenguaje de uno de los campesinos de Encrucijada visitados por Vanguardia: «La medida es muy buena, pero no es el momento de pensar en comerse al toro. Yo, al menos, no estoy pensando todaví­a en comerme al toro, pues hay muchos parámetros que tenemos que cumplir primero y crear la disciplina ganadera ».

Algo sí­ es cierto, ahora el campesino se siente verdaderamente dueño de su ganado, y trabajará con mayores incentivos para cumplir con el plan de leche y los demás requisitos establecidos.

Y aunque todaví­a es un trabajo incipiente y se necesita llegarle a cada uno de los más de 18 000 tenientes en un proceso individualizado de contratación, el bistec está más cerca de la mesa, a pesar de que no lo veremos con la inmediatez deseada.  

Los ganaderos opinan

Tomás González Pérez en plena labor ganadera.
Tomás González Pérez en plena faena con su rebaño, al que atiende con el amor y la devoción de quien tiene la ganaderí­a metida en el alma. (Foto: Carlos Rodrí­guez Torres)

En el campo es donde se bate el cobre, no en las oficinas. Allí­ está la verdad y, en busca de ella, luego de haber intercambiado con los respectivos directores de la Empresa de Productos Lácteos y la Cárnica, el equipo del periódico marchó hacia Encrucijada para dialogar con dos experimentados ganaderos.

Requisitos que debe cumplir el productor para que se autorice el sacrificio de ganado bovino

• Estar debidamente acreditado y actualizado como teniente en el registro de la tierra y de control pecuario, en correspondencia con las disposiciones legales.

•  Cumplir los compromisos del encargo estatal establecidos en el contrato, tanto en leche como en la carne. Alcanzar un mí­nimo de 520 litros de leche al año por vaca, para los productores con un rebaño de una a diez vacas, y de 550 litros para los que posean más de diez.

•  Mantener el crecimiento del rebaño de vacas y el rebaño total. Una vez cumplido su plan contratado, el productor podrá sacrificar, para el consumo y comercialización en la calidad establecida, un animal de cada tres que incremente el rebaño.

Hombres de bien, como lo son nuestros guajiros, poseen una filosofí­a de trabajo y de vida que hace que lo que digan esté avalado por años de duro bregar entre vacas, toros y terneros.

Tomás González Pérez resulta uno de ellos. Tiene 66 años cumplidos, y desde los seis está involucrado con la ganaderí­a, de la cual dice conocerle todas sus mañas. Vive en La Cabezadas, Vega Redonda, y es dueño de 96 cabezas de ganado, además de criar toros de ceba.

La sequí­a lo golpea duro, pues tiene que pastorear su rebaño a más de seis kilómetros de su casa; sin embargo, lo mantiene cuidado, y con las atenciones de comida y agua que necesita.

«Estoy todo el dí­a con el ganado y desde hace años abastezco de leche a dos bodegas, La Sitiera y La Campesina, con unos 80 litros diarios. Me ocupo de que sean de primera calidad. Yo me quedaré sin leche en mi casa, pero va primero la de los niños. Eso no falla ».

Interrogado acerca de las nuevas decisiones adoptadas con relación a la leche y la carne, este ganadero encrucijadense no titubea en afirmar sus ventajas: «Esas medidas son provechosas para nosotros y el paí­s, ya que mientras más nos ayuden, más producimos para el pueblo.

«Los precios son buenos y eso es lo mejor que ha hecho hasta ahora el Estado. Yo la vendí­a a 35 centavos el litro cuando empezó el perí­odo especial, y la llevaba en bicicleta hasta la bodega. Ahora, con los nuevos precios, puedo llegar a nueve pesos el litro. Además, una vez que cumpla el plan, puedo vender el sobrante a quien mejor entienda y no hay problema ninguno. Primero es el plan, eso sí­ es sagrado ».

Tomás, ¿y con relación a la carne?

Ganadero Tomás González Pérez.

Ya veré lo de la carne cuando llegue la hora, a ver cómo es eso. Mi masa ganadera la incremento a un 20 % cada año, así­ que creo que podré. Tengo que cumplir los compromisos con la leche y los demás requisitos, después ya veremos.

«Con esa medida de la carne se va a favorecer mucha gente, unas por un lado y otras por otro: la familia, el amigo. Es igual que cuando uno mata un puerco, le da un pedacito a uno y a otro. Es un beneficio para todos. Ahora, los productores van a guapear por la masa, para que no se le muera ni un ternero. Somos más dueños de nuestro ganado y podemos decidir qué hacer con el excedente, qué toro matar; si lo dejamos en la familia o lo llevamos hasta el pueblo, para que la gente coma. Son cosas que uno piensa y posibilidades que antes ni pensábamos ».

Idalberto Fernández Rodrí­guez es unos años más joven que Tomás y, por supuesto, posee menor experiencia con el ganado, pero 30 años consecutivos criando y atendiendo su rebaño lo convierten también en un experto del tema.

Como Tomás, Idalberto considera sagrado su contrato con el Estado, así­ que la leche para la bodega Las Bocas, también de Vega Redonda, no falla nunca, aun cuando tenga que sacrificar la de la familia, como le ha sucedido.

Productor ganadero Idalberto Fernández.
Para Idalberto todaví­a no es el momento de pensar en comerse el toro, sino en cumplir los planes con el Estado y ganar en disciplina ganadera (Foto: Carlos Rodrí­guez Torres)

Dueño de 106 cabezas de ganado y con 18 vacas en ordeño, crí­a toros igualmente, y en lo que va de 2021, ha vendido siete toneladas y media de carne de res al Estado.

La sequí­a intensa lo golpea y el pastoreo lo tiene que hacer a varios kilómetros de distancia, porque tampoco dispone de suficientes tierras para asegurar la atención que su masa ganadera requiere; no obstante, se «guapea », como afirmó. «Tenemos que consagrarnos mucho para asegurar el plan de leche, pero lo más sagrado para mí­ es el contrato con el Estado. Me gusta siempre cumplir; después, el excedente es otra cosa ».

Sobre el sacrificio y el destino de las carnes:

•  Las carnes y derivados del sacrifico que no consuma el productor, se pueden comercializar en: El propio matadero a precios por acuerdo.

•  En la red especializada aprobada por los gobiernos municipales, cumpliendo con las regulaciones sanitarias vigentes.

•  En las entidades del turismo, cadenas de tiendas, mercados en MLC y Zona Especial del Mariel, cumpliendo con las regulaciones sanitarias vigentes y las exigencias para los mercados.

Acerca de las nuevas medidas adoptadas, afirma: «Las veo muy buenas. El Estado revolucionario no hace cosas a lo loco, y esas decisiones llevan rato estudiándose y son muy favorables, pues estimulan al productor. Eso sí­, nos ponen a pensar y a ser más creativos con la masa.

«Ahora hay que tener vacas productoras de leche. Los planes vienen por vaca, y si no tienes rendimiento, no vas a poder cumplirlos; son más de 500 litros al año por animal. Es un poquito apretado; sin embargo, con el ganado que tengo puedo cumplirlo.

«Mi rebaño es bueno. Con las mí­nimas condiciones no me es tan difí­cil; aunque me golpea mucho no contar con más tierras. Eso no se ha resuelto; no obstante, se sigue trabajando ».

Respecto a la posibilidad de disponer de la carne vacuna, Idalberto nos dijo, con la sabidurí­a campesina: «Si uno cuida bien el ternero que nace, siempre incrementa la masa, pero en lo primero que tenemos que pensar los ganaderos es en cumplir con el plan de leche. Yo no he considerado todaví­a en comerme un toro, tenemos primero que ir creando disciplina ganadera, que muchos de nosotros no la tenemos. De lo contrario, no vamos a cumplir el plan ni comer nada.

«Estoy pensando en el futuro. Satisfacer los parámetros que se nos piden llevará esfuerzos, disciplina y, sobre todo, mucho sacrificio ».

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