Naykol tenía apenas dos añitos cuando sus padres comenzaron a notar un decaimiento fuera de lo común. También pequeños cuadros febriles. Lo llevaron al hospital de Cienfuegos, provincia en que residen, a la espera de un diagnóstico.
«Cuando lo chequearon le hallaron todos los síntomas y lo remitieron al momento para acá. Le detectaron una leucemia linfoide aguda, un tipo de cáncer de alto riesgo. Estaba grave », relata Lizandra Molina, su mamá.
En el área 4 del hospital pediátrico villaclareño, Naykol estuvo ingresado desde septiembre hasta mayo. Ahí recibió su tratamiento, celebró su cumpleaños y comenzó el 2021. Dice que esa es su casita, pues poco recuerda de la vida antes de que le diagnosticaran su enfermedad.
La salud de nuestros niños constituye una de las principales prioridades del Gobierno cubano. Por ello, en medio de la pandemia de la COVID-19, el centro mantuvo activo sus servicios territoriales, incluso, en los peores momentos de la epidemia.
Según Dianevys Arango Inerarity, subdirectora de Asistencia Médica y directora en funciones, la institución presta varios servicios a pacientes fuera de la provincia. Uno de los más sensibles es el de oncohematología, al cual pertenece el pequeño Naykol. «Tenemos también los servicios de neurocirugía, nefrología, para pacientes crónicos con métodos depuradores, y cirugía neonatal.
¿Cuántos pacientes reciben actualmente estos servicios?
En el caso de neurocirugía, entre dos o tres casos semanales. La cirugía neonatal se realiza cuando un niño nace con una malformación que necesite tratamiento quirúrgico, lo cual no ocurre a menudo gracias a los avances en el diagnóstico prenatal. En el caso de oncohematología, ahora en la sala tenemos 15 pacientes y en nefrología, tres, que vienen de su provincia en días alternos a hemodializarse.
«Atendemos a niños de Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spíritus y Ciego de ívila. Incluso, hemos tenido casos de Matanzas y Camagí¼ey ».

¿Cuáles han sido las medidas en estos tiempos de Sars-Cov-2?
La COVID-19 vino a complicar el trabajo de Salud desde todas las aristas, pero para los servicios territoriales ha sido muy difícil porque la provincia nuestra ha tenido un gran número de casos o viceversa. Se han recrudecido las de aislamiento y distanciamiento físico, y se ha complicado el traslado de pacientes entre los territorios.
«En el caso de los pacientes de hemodiálisis, que vienen lunes, miércoles y viernes, en períodos de mayor complicación epidemiológica, los hemos dejado hospitalizados. A los de oncohematología también hemos tenido que ingresarlos para que reciban todo el tratamiento.
«Cuando estos casos llegan se aíslan, se les hace estudio de PCR en tiempo real, tanto a ellos como al familiar que va a estar acompañándolo. Hasta que no se confirme que son negativos, no tienen contacto con el resto de la sala.
«Otra de las medidas ha sido limitar la entrada de personal al hospital. Un único acompañante durante el ingreso. Si uno de estos niños desarrollara alguna manifestación respiratoria, se traslada hacia una sala cerrada donde se le realizan los estudios pertinentes ».
Dentro de las salas
La sala de Oncohematología atiende actualmente 15 pacientes, todos oncológicos, explica la doctora Marta Beatriz García Caraballoso, especialista en Hematología y jefa de este servicio.
Según la especialista, la neoplasia más frecuente en la infancia son las leucemias, después, los linfomas o tumores del sistema nervioso central. Del total de ingresados, cinco presentan leucemias agudas en tratamiento y tres, las linfoides, más frecuentes en la niñez.
«Durante este tiempo hemos mantenido la vitalidad del servicio y hemos tratado de conservar todos los protocolos de tratamiento. La rutina de la sala cambió totalmente para incluir las nuevas medidas y los medios de protección, y hasta el momento solo hemos tenido un caso positivo », explica la Dra. García Caraballoso.

El servicio cuenta con 18 camas y 3 para la quimioterapia ambulatoria. El personal de enfermería es estable, con 14 enfermeros asistenciales y 1 enfermera de quimioterapia ambulatoria.
Además, se realizan guardias de 24 horas con especialistas, enfermeros y médicos residentes en formación para garantizar la atención de los pequeños. El menor de ellos no rebasa los dos años y presenta una leucemia linfoblástica aguda.
La licenciada en Enfermería María Caridad Reyes Mena, jefa de sala, explicó a Vanguardia que los pacientes ingresan en el servicio sin cambio de acompañante. Primero se les realizan los estudios y luego comienzan con el tratamiento de quimioterapia. Ellos, cada cierto tiempo, según se lo permita su enfermedad y en dependencia de sus parámetros hematológicos, van a su casa.
«A pesar de la situación tensa que vivimos, hemos buscado estrategias para que los niños no sufran afectaciones en sus tratamientos, asegurándoles todos los insumos », aclara.
La agresividad y lo espaciado de la medicación obligan a los pacientes a permanecer largos períodos de tiempo ingresados en la sala. Por esta razón, el apoyo del personal médico resulta imprescindible tanto para los enfermos como para sus familiares. Así lo corroboran Maidelín Gattorno Ramírez y Emisleidy Ramírez Martínez, madres de dos pequeños con leucemia linfoblástica aguda, de Matanzas y Ciego de ívila, respectivamente.
Por su parte, los servicios de Nefrología incluyen la sala de Nefrología y la de Hemodiálisis. En estas, se atienden niños con patologías renales tanto agudas como crónicas.
Según la nefróloga Doris de la Caridad Vargas Calderón, en estos momentos el servicio territorial atiende a seis pacientes crónicos, cuatro en régimen hemodialítico y dos trasplantados; aunque estos últimos no están hospitalizados, pues no han tenido recaída en su enfermedad.
«Los casos de los trasplantados están en su provincia y hacen todo el tratamiento allá. Si tuvieran que venir se aíslan, se le indica PCR a él y al acompañante, y se dejan en una sala que el hospital destinó para eso », destaca la especialista.
Los tratamientos hemodialíticos los reciben tres niños, residentes en las provincias de Sancti Spíritus y Cienfuegos. Ellos viajan en taxis tres veces por semana. Cuando ocurre un evento en su provincia se quedan ingresados.
Para evitar contagios con la COVID-19, resulta imprescindible que cumplan los protocolos epidemiológicos establecidos para tiempos de pandemia. «Ellos se trasladan desde su lugar de residencia cumpliendo con to das las medidas. Para eso les hablamos y explicamos a sus padres la importancia de extremar las normas sanitarias. Desde que llegan al hospital se le realiza una pesquisa en búsqueda de síntomas asociados a la enfermedad. De aparecer alguno, se aísla y se le realiza el PCR. No hemos tenido ninguna situación porque nuestros pacientes son muy disciplinados ».
La esencia para mantener activos los servicios territoriales del «José Luis Miranda » ha sido, en efecto, el control sobre todas las medidas epidemiológicas establecidas. De esta forma, durante más de un año de pandemia, se ha podido brindar atención médica a niños de diferentes provincias.