Servicios territoriales: ¡que no se detenga la salud de nuestros niños!

Luego de un año de pandemia, los servicios territoriales del hospital pediátrico universitario José Luis Miranda, en Villa Clara, se han mantenido activos, gracias al estricto cumplimiento de las medidas epidemiológicas y la voluntad común de priorizar la salud de los pequeños.

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Vanguardia - Villa Clara - Cuba
Los pacientes de otras provincias acuden tres veces por semana a la sala de Hemodiálisis para recibir su tratamiento. (Foto: Dayana Darias Valdés)
Laura Seco Pacheco
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13 Junio 2021

Naykol tení­a apenas dos añitos cuando sus padres comenzaron a notar un decaimiento fuera de lo común. También pequeños cuadros febriles. Lo llevaron al hospital de Cienfuegos, provincia en que residen, a la espera de un diagnóstico.

«Cuando lo chequearon le hallaron todos los sí­ntomas y lo remitieron al momento para acá. Le detectaron una leucemia linfoide aguda, un tipo de cáncer de alto riesgo. Estaba grave », relata Lizandra Molina, su mamá.

En el área 4 del hospital pediátrico villaclareño, Naykol estuvo ingresado desde septiembre hasta mayo. Ahí­ recibió su tratamiento, celebró su cumpleaños y comenzó el 2021. Dice que esa es su casita, pues poco recuerda de la vida antes de que le diagnosticaran su enfermedad.

La salud de nuestros niños constituye una de las principales prioridades del Gobierno cubano. Por ello, en medio de la pandemia de la COVID-19, el centro mantuvo activo sus servicios territoriales, incluso, en los peores momentos de la epidemia.

Según Dianevys Arango Inerarity, subdirectora de Asistencia Médica y directora en funciones, la institución presta varios servicios a pacientes fuera de la provincia. Uno de los más sensibles es el de oncohematologí­a, al cual pertenece el pequeño Naykol. «Tenemos también los servicios de neurocirugí­a, nefrologí­a, para pacientes crónicos con métodos depuradores, y cirugí­a neonatal.

¿Cuántos pacientes reciben actualmente estos servicios?

En el caso de neurocirugí­a, entre dos o tres casos semanales. La cirugí­a neonatal se realiza cuando un niño nace con una malformación que necesite tratamiento quirúrgico, lo cual no ocurre a menudo gracias a los avances en el diagnóstico prenatal. En el caso de oncohematologí­a, ahora en la sala tenemos 15 pacientes y en nefrologí­a, tres, que vienen de su provincia en dí­as alternos a hemodializarse.

«Atendemos a niños de Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spí­ritus y Ciego de ívila. Incluso, hemos tenido casos de Matanzas y Camagí¼ey ».

En la sala de Oncohematologí­a solo se permite un acompañante por paciente, para así­ evitar la entrada y salida de personal de otras provincias. (Foto: Dayana Darias Valdés)

¿Cuáles han sido las medidas en estos tiempos de Sars-Cov-2?

La COVID-19 vino a complicar el trabajo de Salud desde todas las aristas, pero para los servicios territoriales ha sido muy difí­cil porque la provincia nuestra ha tenido un gran número de casos o viceversa. Se han recrudecido las de aislamiento y distanciamiento fí­sico, y se ha complicado el traslado de pacientes entre los territorios.

«En el caso de los pacientes de hemodiálisis, que vienen lunes, miércoles y viernes, en perí­odos de mayor complicación epidemiológica, los hemos dejado hospitalizados. A los de oncohematologí­a también hemos tenido que ingresarlos para que reciban todo el tratamiento.

«Cuando estos casos llegan se aí­slan, se les hace estudio de PCR en tiempo real, tanto a ellos como al familiar que va a estar acompañándolo. Hasta que no se confirme que son negativos, no tienen contacto con el resto de la sala.

«Otra de las medidas ha sido limitar la entrada de personal al hospital. Un único acompañante durante el ingreso. Si uno de estos niños desarrollara alguna manifestación respiratoria, se traslada hacia una sala cerrada donde se le realizan los estudios pertinentes ».

Dentro de las salas

La sala de Oncohematologí­a atiende actualmente 15 pacientes, todos oncológicos, explica la doctora Marta Beatriz Garcí­a Caraballoso, especialista en Hematologí­a y jefa de este servicio.

Según la especialista, la neoplasia más frecuente en la infancia son las leucemias, después, los linfomas o tumores del sistema nervioso central. Del total de ingresados, cinco presentan leucemias agudas en tratamiento y tres, las linfoides, más frecuentes en la niñez.

«Durante este tiempo hemos mantenido la vitalidad del servicio y hemos tratado de conservar todos los protocolos de tratamiento. La rutina de la sala cambió totalmente para incluir las nuevas medidas y los medios de protección, y hasta el momento solo hemos tenido un caso positivo », explica la Dra. Garcí­a Caraballoso.

La Dra. Marta Beatriz Garcí­a Caraballoso, especialista en Hematologí­a y jefa de este servicio en el hospital, asegura que se han tomado todas las medidas epidemiológicas para evitar los contagios dentro de la sala. (Foto: Dayana Darias Valdés)

El servicio cuenta con 18 camas y 3 para la quimioterapia ambulatoria. El personal de enfermerí­a es estable, con 14 enfermeros asistenciales y 1 enfermera de quimioterapia ambulatoria.

Además, se realizan guardias de 24 horas con especialistas, enfermeros y médicos residentes en formación para garantizar la atención de los pequeños. El menor de ellos no rebasa los dos años y presenta una leucemia linfoblástica aguda.

La licenciada en Enfermerí­a Marí­a Caridad Reyes Mena, jefa de sala, explicó a Vanguardia que los pacientes ingresan en el servicio sin cambio de acompañante. Primero se les realizan los estudios y luego comienzan con el tratamiento de quimioterapia. Ellos, cada cierto tiempo, según se lo permita su enfermedad y en dependencia de sus parámetros hematológicos, van a su casa.

«A pesar de la situación tensa que vivimos, hemos buscado estrategias para que los niños no sufran afectaciones en sus tratamientos, asegurándoles todos los insumos », aclara.

La agresividad y lo espaciado de la medicación obligan a los pacientes a permanecer largos perí­odos de tiempo ingresados en la sala. Por esta razón, el apoyo del personal médico resulta imprescindible tanto para los enfermos como para sus familiares. Así­ lo corroboran Maidelí­n Gattorno Ramí­rez y Emisleidy Ramí­rez Martí­nez, madres de dos pequeños con leucemia linfoblástica aguda, de Matanzas y Ciego de ívila, respectivamente.

Por su parte, los servicios de Nefrologí­a incluyen la sala de Nefrologí­a y la de Hemodiálisis. En estas, se atienden niños con patologí­as renales tanto agudas como crónicas.

Según la nefróloga Doris de la Caridad Vargas Calderón, en estos momentos el servicio territorial atiende a seis pacientes crónicos, cuatro en régimen hemodialí­tico y dos trasplantados; aunque estos últimos no están hospitalizados, pues no han tenido recaí­da en su enfermedad.

«Los casos de los trasplantados están en su provincia y hacen todo el tratamiento allá. Si tuvieran que venir se aí­slan, se le indica PCR a él y al acompañante, y se dejan en una sala que el hospital destinó para eso », destaca la especialista.

Los tratamientos hemodialí­ticos los reciben tres niños, residentes en las provincias de Sancti Spí­ritus y Cienfuegos. Ellos viajan en taxis tres veces por semana. Cuando ocurre un evento en su provincia se quedan ingresados.

Para evitar contagios con la COVID-19, resulta imprescindible que cumplan los protocolos epidemiológicos establecidos para tiempos de pandemia. «Ellos se trasladan desde su lugar de residencia cumpliendo con to ­das las medidas. Para eso les hablamos y explicamos a sus padres la importancia de extremar las normas sanitarias. Desde que llegan al hospital se le realiza una pesquisa en búsqueda de sí­ntomas asociados a la enfermedad. De aparecer alguno, se aí­sla y se le realiza el PCR. No hemos tenido ninguna situación porque nuestros pacientes son muy disciplinados ».

La esencia para mantener activos los servicios territoriales del «José Luis Miranda » ha sido, en efecto, el control sobre todas las medidas epidemiológicas establecidas. De esta forma, durante más de un año de pandemia, se ha podido brindar atención médica a niños de diferentes provincias.

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