
La COVID-19 no tiene preferencias de edades, razas ni sexo. Los niños y jóvenes constituyen un sector social que no escapa de esta realidad. A pesar de los avances científicos alcanzados en múltiples investigaciones, todavía muchos elementos de la enfermedad deben estudiarse a fondo. Aunque la mayoría de los pacientes pediátricos presentan una mejor evolución, probablemente influida por la ausencia de comorbilidades existentes en la población adulta, la COVID-19 tiene disímiles comportamientos.
El SARS-CoV-2 representa un problema de Salud Pública mundial. Resulta necesario actualizar a la comunidad científica en aspectos relacionados con el nuevo coronavirus, enfatizar en elementos y características esenciales de la pandemia y estratificar el riesgo según el tipo de paciente, siempre teniendo en cuenta que la población infantil muestra particularidades diferentes a la del resto. La atención médica a niños y adolescentes debe ser precoz y guiada por un juicio crítico, aun cuando fue confirmado que la epidemia es más leve en la infancia que en la adultez. De ahí que constituya una prioridad para el sistema de Salud en Cuba.
A propósito de este y otro temas de gran interés para la comunidad villaclareña, ofreció declaraciones a Vanguardia la máster en Atención Integral al Niño, Vilma Quintana Puerto, trabajadora del policlínico docente Mario Muñoz Monroy, del municipio de Ranchuelo.
¿Puede una gestante trasmitir el virus al feto?
Según el trimestre del embarazo, puede o no tener afecciones transplacentarias. Esto varía en dependencia del período en que se encuentre. Se debe hacer un control estricto, porque representa una enfermedad de alto riesgo obstétrico.
¿Los neonatos de madres positivas a la COVID-19 desarrollan alguna complicación?
Es probable que los neonatos de madres positivas presenten complicaciones en el período perinatal, porque la afección sobrepasa las barreras placentarias y, entonces, el neonato puede salir sano o con un distrés respiratorio.

¿Es seguro que una madre infectada de coronavirus amamante a su bebé?
No tiene problema para amamantar al bebé.
¿Qué edades pediátricas son más propensas al contagio del virus?
Por la negligencia de los padres, los adolescentes. Los niños entre 12 y 17 años continúan en las calles, sin control ni percepción de riesgo. Los infantes de las restantes edades suelen infectarse por la despreocupación en el hogar.
¿Cómo proteger a un recién nacido, que depende estrictamente de sus padres?
Resulta importante no dejar que la madre salga de la casa, únicamente a la primera consulta del especialista. No debe entrar absolutamente nadie a la habitación del bebé, usar siempre el nasobuco dentro del hogar y, sobre todo, cerca del recién nacido. Además, lavarse las manos frecuentemente.
¿A partir de qué edad deben los niños usar el nasobuco?
A partir del año de edad, ya que en los menores de un año puede provocar accidentes, causar taponamientos, etcétera. Luego del año, cuando ya el niño deambula, se hace imprescindible el uso del nasobuco de manera oficial.
¿Cómo se presenta el comportamiento fisiopatológico en los menores?
Estos comportamientos pueden ser diversos. Suelen verse con mayor frecuencia las alteraciones neourovasculares, es decir, trastornos en la marcha, en la esfera cognitiva, en el lenguaje y psicológicos. Este último resulta el más importante. Los adolescentes se comportan de manera autoagresiva y ansiosa. Debido al encierro y el aislamiento, aparecen alteraciones conocidas por agotamiento pandémico.

¿Qué es el Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico?
Este síndrome (MIS-C, por sus siglas inglés) es una afección grave que parece estar relacionada con la COVID-19. La mayoría de los niños que se contagian tienen apenas una enfermedad leve. A los que se infectan con el MIS-C se les inflaman gravemente algunos órganos y tejidos, como el corazón, los pulmones, los vasos sanguíneos, los riñones, el aparato digestivo, el cerebro, la piel o los ojos. Los signos y síntomas dependen de las partes del cuerpo que hayan sido afectadas. El MIS-C se considera un síndrome, es decir, un grupo de signos y síntomas, no una enfermedad en sí.
¿Qué medidas tomar para los infanto-juveniles con enfermedades subyacentes?
Primero, es de vital importancia conversar con el equipo básico, incorporando al psicólogo, para que los padres comprendan la necesidad de cuidar aún más a los niños con riesgos incrementados. Estos menores están dispensarizados por el equipo de Salud, es decir, el médico y la enfermera del consultorio de la familia. Ellos deben verse con mayor seguimiento que los demás. Por otra parte, se prioriza que dichos pacientes estén inmunizados por el programa de vacunación y que sus enfermedades de base estén compensadas, pues podrían morir con más facilidad.

¿Qué riesgos y síntomas presentan los niños positivos al SARS-CoV-2?
Cualquier riesgo. Pueden, incluso, estar asintomáticos; pero en su mayoría, presentan rinorrea (secreción nasal). Además, tos, dolor abdominal, que actualmente es la manifestación más frecuente de todas las neumonías COVID en pediatría. Otro síntoma puede ser la fiebre. En fin, estos son los más comunes.
¿Por qué considera que desde finales de marzo de 2020, cuando salió el primer niño positivo en el país, las cifras aumentan cada vez más? ¿Cómo evitar esta propagación y cuidar a nuestros pequeños?
Porque los padres no entienden la importancia de protegerse del virus, consideran que solo es un catarro pasajero. Llevan consigo a los niños a sus rutinas en la calle. En estos momentos, la disciplina y la responsabilidad resultan prácticamente nulas. Se ha perdido el temor a lo que significa complicación COVID. A los adolescentes, fundamentalmente, los vemos a diario fuera de los hogares sin nasobuco, y dentro de sus casas no se lavan las manos con la frecuencia que debe ser. Los padres enmascaran las sintomatologías por tal de no ingresarlos en un centro de aislamiento, y así solo logran complicar al menor. Todo esto puede evitarse haciendo lo opuesto: no dejar que los niños deambulen por las calles, a menos que sea con sus padres y en casos estrictamente necesarios; usar permanentemente el nasobuco, tener en cuenta el lavado de las manos, y, sobre todo, ser disciplinados y comprender que la vida de esos pequeños corre riesgos. Para evitar males mayores, por favor, quédese en casa y cuide a los suyos.
¿Considera que vacunando a los niños los casos diarios mermen en el país, y particularmente en la provincia?
Realmente es lo que esperamos. Creemos que con el candidato vacunal nuestro disminuya la propagación del coronavirus o, al menos, las complicaciones manifiestas.
Sabemos que los adolescentes actualmente son el mayor factor de propagación por la falta de conciencia. ¿Qué aconseja usted como doctora para hacerles comprender el riesgo que corren?
Más que hacerles comprender a los adolescentes, reitero, hay que hacerles entender a los padres y cuidadores responsables las complicaciones que presenta la juventud. El adolescente, como ya lo dice la palabra, por sí solo no tiene responsabilidad legal y muchas veces ni conciencia de lo que enfrentamos. Los familiares son los máximos encargados de velar por estos niños. Una vez más, les aconsejo a los padres o tutores de los menores que los cuiden como es debido y, además, que los mantengan en casa. También, el uso de los medios de protección, lavado frecuente de las manos y, cuando comience la vacunación, por favor, les pedimos que den el paso al frente, porque muchos están a la expectativa de qué puede suceder y no quieren que sus hijos se vacunen. Sean conscientes para, de una buena vez, poner fin a esta plaga.
¿Algún mensaje de aliento para las familias villaclareñas que tienen niños o adolescentes en sus hogares?
¡Saldremos de esta!.