
Cada historia cuenta con sus protagonistas. Miguel Ángel Bermúdez Hernández y Humberto Hernández Molina son hombres curtidos que saben de esfuerzos y de sol, como el reinante este mediodía de jueves en Corralillo que regaló la intensidad de los rayos y alejó la lluvia, al menos en esa jornada.
Ellos dieron la bienvenida al grupo número 6 del Gobierno Central que visitó la provincia, encabezado por Víctor Calzadilla Carrillo, funcionario del Departamento de Atención, Prevención y Enfrentamiento al Delito (DAPED), entre otros directivos.
Los dos corralillenses relataron momentos en el movimiento de productores de arroz del municipio, con 20, 16 ha, entre ellos, que ofrecen un rendimiento de 2.05 t por cada una.

Destinos priorizados que tienen como eje el autoabastecimiento local para los más de 23 000 habitantes del territorio y también a centros de asistencia social.
Próximo al hotel Elguea, de la cadena Islazul, y en la carretera que divide a las provincias de Villa Clara y Matanzas, hacen su día a día, que llena de beneplácito a Maritza Corzo Rodríguez, la delegada de la Agricultura en el territorio.
Ella reconoce que los retos en la cosecha del cereal son serios en un municipio villaclareño que suma a 19 productores de arroz con 408 h. diseminadas en dos polos productivos fundamentales: el de la zona de Elguea y otro en el área del canal, que aprovecha el riego desde la presa Palma Sola.
Como Miguel Ángel y Humberto son más de acción que de palabras dejan que Maritza argumente su trabajo. «Ellos motivaron al resto de los productores con su experiencia personal», subraya la representante de la Agricultura.
«Fueron verdaderos impulsores del movimiento productivo con el apoyo gubernamental en el programa de arroz popular que ha engrosado la nómina a partir de otros seguidores, aunque no los necesario para el autoabastecimiento», según consideraciones de Maritza.
Humberto y Miguel Ángel saben muy bien que la faena se aleja de la frase popular de «coser y cantar». No ha sido sencillo, y han tenido que secar el producto en la carretera, porque el municipio tiene como debilidad la inexistencia de una cosechadora de arroz, por lo que es arduo el trabajo para entregar el grano.

Ellos también conocen muy bien la utilidad del agua en el cultivo. Requiere humedad constante a fin de lograr el hábitat natural de los humedales de las plantas, unido al calor durante el ciclo de crecimiento, con temperaturas que deben oscilar entre los 25 y 35 °C, junto a la luz solar directa a fin de lograr óptimo desarrollo.
Otro de los productores incorporado es Yosmel Plata Vera, que desarrolla su cultivo en otra área. Todos llevan sus cosechas a las ferias populares de fines de semana o a las dirigidas al personal de sectores priorizados a precios disminuidos, sin contar los quintales destinados al consumo social, para el hospital siquiátrico, hogar materno y de ancianos.
Miguel Ángel, Humberto y Yosmel, entre otros, le aportan a la vida, a esta era compleja que reclama mucha solidaridad y manos tendidas a favor del bien.