
En la Villa de los Laureles, Placetas, municipalidad que antes fue primera productora del país en carne de cerdo, se conoció durante la visita de trabajo del Gobierno Central que, todavía lejos de solventar la demanda de la proteína animal y sus derivados para el territorio, ya se aprecian avances al recuperar el terreno perdido por carencias de pienso y medicamentos, en lo esencial, destinados a la alimentación y crianza de la masa porcina.
Con dos años de existencia la Mipyme Estatal Porcino de Placetas S..R.L. —Sociedad de Responsabilidad Limitada— traza estrategias para la siembra y elaboración de piensos de alta calidad con el propósito de incrementar el rebaño de precebas a partir de 477 reproductoras y un pequeño lote de verracos —sementales machos— ubicados en zonas de la Macagua, en Manicaragua, sitio en el cual también está la planta automatizada en procesamiento de alimento animal.

Durante el encuentro del consejo de dirección de la Sociedad Mercantil con Adrian Ferrer Speck, funcionario de la Oficina del Consejo de Ministros, se conoció que dentro de las acciones que se acometen en Placetas está la producción cooperada para ampliar los volúmenes de carne de cerdo, la prestación de servicios veterinarios, la obtención de alimentos nacionales, las asesorías técnicas y la capacitación a criadores.
En un futuro no lejano estará allí instalado un moderno matadero y una industria para la producción de carne procesada, dijo Alexei Martín Pérez, subgerente, y ponderó los vínculos con entidades nacionales, proyectos de colaboración foránea y de Desarrollo Local para impulsar la recuperación genética y la crianza de cerdos y la posterior comercialización de surtidos de carne y sus derivados.
Ferrer Speck preguntó sobre las materias primas empleadas en la producción de pienso, y conoció que unas proceden de la importación y los granos y viandas —maíz, sorgo, yuca, en lo fundamental—, de vínculos con campesinos de la zona que establecen contratos escalonados en las entregas.
Aquí se comercializan precebas y piensos dirigidos a productores individuales de Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spíritus y Matanzas, y luego de contratos se compra la carne y se comercializa. El pasado año tenían un plan de carne de unas 1050 toneladas, y llegaron a 1400, señaló el subgerente.
«El pienso permite alimentar la masa animal nuestra, vender una parte y también asumir granjas de gallinas ponedoras en cooperación con el Combinado Avícola Nacional para acopios de huevos que, en gran parte se venden en divisa y en otras se destinan a casas de niños sin amparo familiar, discapacitados, centros educacionales y personas vulnerables y con problemas de salud —embarazadas— de Placetas, Manicaragua y Camajuaní», dijo Martín Pérez.
El propósito, añadió, es cerrar ciclo productivo, y en dos años el salto de eficiencia económica demuestra resultados alentadores para el colectivo y la sustitución de importaciones en la producción de piensos, ventas de carne y huevos en fronteras.
Al menos, todavía distante, se aprecia un avance en la recuperación de la producción de carne de cerdo y sus derivados desde el sitio promisorio del Consejo Popular Vigía-Copey, en Placetas.
Al antiguo ingenio Zaza —Benito Juárez—, con exclusivas edificaciones patrimoniales, llegó Ferrer Speck para dialogar con los pobladores del consejo popular, y también interesarse por el funcionamiento del Sistema de Atención a la Familia (SAF), con una unidad gastronómica, Las Maravillas, que presta servicios de alimentación a adultos mayores, personas con discapacidad, casos sociales y con insuficiencia de ingresos monetarios, o carentes de compañías en los hogares.

Allí residen 2777 habitantes, y los mayores problemas se concentran en el abasto de agua y los viales, dijo un delegado de circunscripción. «Las restantes dificultades son propias a todos los cubanos. Sin embargo, lo peor estriba en el envejecimiento progresivo de la población».
Entonces pregunte, y vino la rápida respuesta de directivos de la comunidad:
—Tenemos una población de 254 niños y jóvenes menores de 17 años, y de esa edad hasta los 60 hay 1977 habitantes. El resto, 546 rebasan las seis décadas de vida. Sin embargo, de esa cifra, existen 252 ancianos que viven solos en sus hogares. El hecho obliga a redoblar la participación de todos los organismos e instituciones de la comunidad para preservar la salud de esas personas.
En el SAF la alimentación es balanceada, pero urge mayores relaciones contractuales con las formas productivas vinculadas a la agricultura en el territorio, se conoció.
Aledaña a la Carretera Central está la finca La Batalla de Lechuza, perteneciente al campesino Leonides López Pérez, asociado a la Cooperativa de Créditos y Servicios Horacio Rodríguez, en el Consejo Popular Plazoleta-Las Minas, lugar al cual llegó Ferrer Speck, funcionario de la Oficina del Consejo de Ministros.
Un instructivo diálogo se originó entre el campesino y el visitante. En apenas 5.60 hectáreas de suelos, entregados en usufructo, hay diversidad de cultivos en fomento y producción, así como crianza de cerdos, conejos, carneros y peces de agua dulce.
La alimentación animal parte de los residuos de cosechas, y los vegetales de hojas, granos, frutales, tomate, pimiento y condimentos frescos se obtienen a partir de la multiplicación de semillas logradas en una casa de cultivo.
Sorprende cómo en tan pequeña superficie de suelos el campesino, uno de los 86 existentes en el municipio con beneficios de financiamiento para la adquisición de maquinaria agrícola, alcanza resultados productivos que se traducen en mayores ofertas de alimentos destinados a ventas a la población del territorio.
«Nunca antes se vio en meses precedentes tanta lechuga en la comercialización», dijo López Pérez. Todo es resultado de sus esfuerzo, la familia, y las bondades que ofrece el proyecto ALASS —implementado por la Unión Europea con la participación del Ministerio de Agricultura de Cuba, el Programa de las Naciones Unidad para el Desarrollo (PNUD) y la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)—, en seis municipios del país, entre los que se incluye Placetas. Su finalidad: impulsar el autoabastecimiento local y la seguridad alimentaria.
La finca, asociada también a propósitos demostrativos para estudiantes de centros docentes cercanos, constituye una fortaleza para ofertas sistemáticas de alimentos en los mercados.
La meta del campesino estriba en «tener producciones siempre y vender a bajos precios aunque la ganancia sea mínima». La sentencia dio término al recorrido que, por Consejos Populares de Placetas desplegaron diferentes comisiones de la visita de trabajodel Gobierno Central.