
En Villa Clara se evocaron los 18 años de la ausencia física de Vilma Espín Guillois, en la Sala Caturla, de la Biblioteca Provincial Martí, con temas como «El mambí», «La rosa blanca», «Si llego a besarte», o con algunas de las nanas que dedicó a sus hijos, salidas de lo puramente íntimo, con orquestaciones del maestro Frank Fernández.

Qué mejor regalo que el propiciado para la fecha por las muchachas del Ensemble Vocal Musas con la excelente interpretación de «Perla Marina» y «Una rosa de Francia», piezas musicales que también calaron en la sensibilidad de la santiaguera inolvidable.

Aunque resultó triste se recordó la noche de aquel 17 de junio de 2007, cuando llegaba la noticia de su partida.
Hubo silencios compartidos en honor a Vilma. Entraba en el Olimpo sagrado de los fieles cubanos. Ella encierra el verde olivo de la Patria; recuerda a Alicia, a Mónica, a Déborah o a Mariela con los signos de clandestinidad o de la rebeldía.

Fue ella la que fundó, en septiembre de 1990, la primera Casa de Orientación a la Mujer y la Familia en el país, en el reparto santaclareño de la Vigía, para remarcar la igualdad de género, resaltar el papel de la familia, desterrar las múltiples variantes de violencia, adorar a la infancia y propiciarle a las personas desvinculadas estudio y trabajo.

Fue la compañera en cada contienda, quien vibra aún por los parajes de la intrincada Sierra para iluminar los buenos caminos. Fue la ingeniera química de título que un día cambió por los destinos de su país, la capaz de organizar a las cubanas ante aquella encomienda de Fidel, y la reina que ríe como la palma, vuela libre como el viento, y se alza por su incambiable cubanía.
A ella se debe la creación de los círculos infantiles, de la modalidad de casitas que en la actualidad se extienden por toda Cuba; de los derechos ampliados de la maternidad, su influencia en el Código de las Familias, y la antesala para el Programa de Adelanto a las Mujeres en áreas vitales como el empoderamiento económico, la presencia en los medios de comunicación, la necesaria prevención, educación y el trabajo social, así como el ascenso a la toma de decisiones, a la legislación y al derecho.
Por ello, entre sus orquídeas, rosas y bugambilias, estas últimas sus preferidas, aparece una luz que se acerca para decir que late en vida porque desde el Segundo Frente quiebra el mármol y las mariposas esparcen su aroma para premiar la valentía.

Al cierre del homenaje, Mayelín Díaz Rodríguez, secretaria general de la FMC, ratificó la voluntad de las villaclareñas de continuar el legado imperecedero de quién será por siempre inspiración, ternura y compromiso.
RECONOCIMIENTO 65 ANIVERSARIO DE LA FMC
— Libni Martín Rodríguez: Joven dirigente de la FMC que concluyó su Servicio Militar Voluntario Activo.
— Adelfa Feo Cepero: Directora Círculo Infantil Muñeca Negra.
— Dra. Dianevys Arango Inerarity: Vicedirectora del hospital pediátrico José Luis Miranda.
— Nieves Acosta Guibet: Metodóloga de alto rendimiento de la dirección provincial de Deporte.
