Persiste la sequí­a en Villa Clara

Sus efectos se evalúan entre moderados, severos y extremos. En este último aparece el 32,6 % de la demarcación provincial.

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Presa Agabama, Villa Clara.
El sistema Agabama-Gramal es uno de los más afectados de la provincia de Villa Clara. (Foto: Ramón Barreras Valdés/Archivo de Vanguardia)
Ricardo R. González
Ricardo R. González
@riciber91
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25 Febrero 2017

El 32,6 % del territorio villaclareño permanece bajo los efectos extremos de la sequí­a, situación que podrí­a agudizarse ante el pronóstico desfavorable que se avizora en el comportamiento de las lluvias para el próximo trimestre.

Aunque Villa Clara no figura entre las provincias más crí­ticas del paí­s en cuanto a este fenómeno, debe prestársele atención para tratar de mitigar su efecto. Así­ lo aseguró a Vanguardia la máster Meylin Otero Martí­n, especialista en Meteorologí­a Aplicada del Centro Provincial de Meteorologí­a.

En un estudio realizado por esa institución entre noviembre pasado y enero de 2017, trascendió que Villa Clara registró un 99 % de las afectaciones por esta anomalí­a climatológica, con efectos que se evalúan entre moderados, severos y extremos. Las mayores incidencias se concentraron en los municipios de Caibarién, Camajuaní­, Remedios, Santa Clara y Manicaragua, aunque este último repite su situación al compararse con etapas anteriores.

La vigilancia de la sequí­a meteorológica forma parte de los estudios realizados por el grupo de clima del Centro Provincial de Meteorologí­a como parte del sistema nacional integrado para la vigilancia, alerta temprana y pronóstico del fenómeno en el paí­s.

A partir de datos provenientes del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) se realiza el diagnóstico. Funcionarios de este organismo corroboraron que las escasas lluvias de los últimos meses inciden en las capacidades de almacenamiento de los embalses villaclareños cuyo acumulado perjudica el riego de determinados cultivos como la caña y el arroz.

Palma Sola y el sistema Agabama-Gramal presentan las situaciones más complejas y, en menor medida, las presas Palmarito y Minerva, aunque su estado también provoca afectaciones a la agricultura. No obstante, se trata de preservar al máximo el abasto a la población sujeto a la vez a irregularidades.

Enero reflejó un comportamiento normal de las lluvias. No así­ en meses precedentes, de acuerdo con los í­ndices de precipitaciones estandarizadas que valora el comportamiento de excesos y déficit sobre el territorio.

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