
El mito de que la insuficiencia cardíaca queda excluida en la edad pediátrica carece de fundamento, al considerarse frecuente dentro de las afecciones cardiovasculares de infantes, según confirman estudios realizados en Villa Clara.
Esta requiere un diagnóstico precoz sujeto a extremos cuidados, a tenor de la magnitud de la enfermedad y a que sus causas difieren de las registradas en los adultos.
De acuerdo con la experiencia de la doctora Lisset Ley Vega, cardióloga dedicada a la infancia, los signos o síntomas se presentan en dependencia de la edad. En los recién nacidos, las causales más frecuentes obedecen a malformaciones congénitas, alteraciones metabólicas y a irregularidades en el ritmo cardíaco.
Ya en lactantes deben tenerse en cuenta las cardiopatías congénitas, sin descartar algunas enfermedades infecciosas que pudieran ocasionar múltiples alteraciones e, incluso, la inflamación del músculo cardíaco (miocarditis) y de su cubierta (pericarditis), en tanto en niños mayores cuya incidencia ha disminuido en Cuba predomina la fiebre reumática, entre otras condicionantes.
Si de manifestaciones comunes se trata, la doctora Ley Vega insiste en la falta de aire. Esta pudiera aparecer derivada de una seudoasma cardíaca, sumada al cansancio continuado, sudoraciones, palidez, irritabilidad, decaimiento y la presencia de una respiración agitada como consecuencia de la afección de base.
Todo ello obliga a la asistencia inmediata al área de salud correspondiente, a fin de comenzar las investigaciones que corroboren o descarten el diagnóstico.