Un muchacho serio

Así­ se define, Lázaro Gallardo Sánchez, un joven que decidió por la educación y disfruta impartir clases como un dí­a lo hizo su abuelo.

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Maestro Lázaro Gallardo Sánchez
Lázaro Gallardo Sánchez ve en el pre destacamento una oportunidad de superación. (Foto de la autora).
Leslie Díaz Monserrat
Leslie Dí­az Monserrat
1430
07 Julio 2017

Lázaro Gallardo Sánchez solo tiene 21 años. Hace unos cursos se graduó de la escuela Manuel Ascunce Domenech y ahora trabaja en Corralillo, en la primaria José Marí­a Duartes Oquendo. Allí­ imparte las asignaturas de Ciencias Naturales y Matemática a los estudiantes de quinto y sexto grado.

Cuando los padres ven a un profesor tan joven, suelen activar las alarmas, pero Lázaro sabe que tiene una gran responsabilidad.

«A pesar de nuestra juventud tuvimos una buena preparación y estamos comprometidos a enseñarles y darles lo mejor », asegura con voz ronca y plena tranquilidad.

Este año todo fluyó de maravillas en el aula, sin embargo todaví­a recuerda aquella primera vez.

«Tení­a muchos nervios. Uno se para en la pizarra y el niño se pregunta: ¿Tan joven? ».

Con el tiempo se va perdiendo el miedo. Entonces tiene que enfrentarse a otros retos.

«Ahora lo más difí­cil es responderles preguntas que no tienen que ver con el contenido. Darles una buena explicación y tratar de relacionar la respuesta con la clase que estás dando », aseguró.

Como persona, Lázaro se define como un joven al que le gusta pasear, divertirse, pero al mismo tiempo afirma que es un muchacho serio, honesto.

Para él es muy importante dar el ejemplo.

«El niño siempre quiere hacer lo que hace el maestro, más si eres joven, por eso tienes que ser ejemplo dentro y fuera de la escuela ».

Quizás esa máxima la aprendió con su abuelo, quien estuvo por unos 20 años impartiendo clases de Fí­sica en la Secundaria Básica. En esa misma enseñanza comenzó a nacer en él la pasión por el magisterio, pues ya en aquella época disfrutaba ser monitor.

Hace unos meses le avisaron sobre la necesidad de ir a impartir clases a otros municipios para cubrir el déficit de maestros.

Decidió aceptar la propuesta y para el próximo curso ya no estará en la escuelita de su pueblo.

Esta es una oportunidad para la superación, al menos así­ la recibe, pues aunque su especialidad siempre fue la Enseñanza Primaria, podrá ampliar su formación y seguir aprendiendo.

Como Lázaro, otro grupo de jóvenes decidió sumarse al pre destacamento compuesto por maestros que prestarán servicio en el municipio de Caibarién por el déficit de profesores que presenta el municipio, o que van a asistir al Colegio Universitario donde se van a preparar para impartir las asignaturas de Fí­sica, Quí­mica y Matemática en la Secundaria Básica.    

Más profesores como ellos se necesitan en la provincia para cubrir los problemas que presenta el territorio con la fuerza de trabajo en un sector tan sensible como el de la Educación.

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