
Toca el violín, el clarinete y el piano. Entra al agua con el pie derecho. Le encanta bailar, y llegó a incursionar en el canto. Mas, asegura a los medios, que la piscina es un lienzo en blanco, donde da rienda suelta a sus sentimientos.
El Mundial de natación de Singapur 2025 llega a su última semana de competición y España es noticia. Ocho medallas a cuenta personal de los ibéricos engrosan la tabla general. Sin embargo, el número de preseas y los deportes colectivos son opacados por una joven de 22 años que, en a penas dos días, se convirtió en triple campeona mundial en la modalidad de natación artística.
«Siento mucho la música desde dentro y esto me ayuda mucho a interpretar las coreografías» ha confesado a Marca.
«Con "Hymne à l'Amour" en la versión de Céline Dion y el agua figurada en lienzo, un bañador de centellas roba el protagonismo en la sala» describe el cronista. Con cada gesto declara intenciones y significado. Su ejercicio va más allá de una coreografía. En palabras propias aún queda mucho por ofrecer. Como garantía de su trabajo, el especialista advierte que «sus frases van respaldadas por la mirada de quien ya ha roto un techo que parecía de cristal».
A su corta edad, Iris Tió ha conseguido la hazaña añorada por míticas de la talla de Gemma Mengual, Ona Carbonell y Andrea Fuentes. Proclamarse campeona del mundo en la modalidad de solo libre de natación artística se dice fácil, pero nunca antes una española lo había logrado.
«Ante rivales como la china Huyan Xu y la bielorrusa Vasilina Khandoshka, un ejercicio impecable en técnica, emoción y simbolismo abrió un nuevo capítulo en la historia de la disciplina artística» acota en principal diario deportivo del país ibérico.
«Somos el mejor equipo del mundo y lo estamos defendiendo a muerte -afirmó al salir del agua- Y si alguien dudaba del carácter colectivo de esta gesta individual, les recuerdo que el oro no lo gana una sola persona, sino una cultura entera» sentenció la triple monarca.
Entrar con el pie derecho a la piscina o ponerse la pinzas 4 veces son rituales que acompañan sus presentaciones. Convertir el agua en escenario supone un don que ayudó a moldear su hiperactividad y el amor por el arte. De sus genes adquirió la magia de los pioneros y la transversalidad del mundo artístico.
En 2017, su nombre ya sonaba en los círculos especializados tras colgarse dos bronces en el Europeo junior de Belgrado, y en 2018 revalidó su ambición con títulos nacionales en las pruebas de solo técnico y libre en el Centro Mundial-86 de Madrid. Participó en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y en el Europeo de 2021. Pese a ello, fue París 2024 quién dió a conocer sus intenciones de talla histórica y mundial, al culminar con bronce en la prueba por equipos de natación.
Hoy día, Iris suma nueve medallas en Mundiales, y Europeos, y otras dos en los Juegos Europeos de Cracovia. La española, nacida en Barcelona, el 2 de noviembre de 2002, consiguió en Singapur 6 medallas: 3 oros y 3 bronces, quedando a una de Ona Carbonell en los Mundiales de Barcelona 2013, donde logró siete.
«No, me imaginaba ser triple campeona del mundo y menos tan seguido», confesó a medios especializados tras su último oro junto a Dennis González en la modalidad dúo libre mixto.
«Tiene un talento natural increíble y tiene mi admiración total; es joven, con un presente increíble y un súper futuro por delante» expresó Ona Carbonell, nadadora de artística con más medallas mundiales (23).
Revolucionar las formas de hacer requiere entereza, talento y determinación. Cuando el arte está en las venas, basta con imaginar el futuro. Bajo centellas de un uniforme ibérico, una joven catalana hace historia en el Mundial de natación Singapur 2025. El triunfo se transformó en colectivo, la música en interpretación y el agua en aquel lienzo donde se plasman los grandes acontecimientos.
Iris Tió es triple campeona mundial de la natación artística. De las artes prefiere notas del piano, el violín y el clarinete. Según cuenta, a los seis años el Complejo de natación de Kallípolis le demostró que el deporte enamora. Justo ahí, la mezcla se volvió perfecta y la historia comenzó a tallarse dorada.